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Expedicionarios eafitenses tras los rastros de mamíferos en el Melcocho

Publicado, 08-09-2017

En Colombia Bio participan cerca de 800 investigadores que realizan expediciones a lugares inexplorados y con alto nivel de biodiversidad. En la imagen, una de las especies que hicieron parte del estudio.

Expedicionarios eafitenses tras los rastros de mamíferos en el Melcocho En Colombia Bio participan cerca de 800 investigadores que realizan expediciones a lugares inexplorados y con alto nivel de biodiversidad. En la imagen, una de las especies que hicieron parte del estudio.

Con la identificación de mamíferos pequeños como ratones y murciélagos, entre otras especies que habitan la reserva forestal del cañón del río Melcocho, en el Oriente antioqueño, investigadores y estudiantes del Departamento de Ciencias Biológicas de EAFIT hicieron parte de la expedición “Colombia Bio”, proyecto del Instituto Humboldt y Colciencias que busca identificar la biodiversidad existente en el país y recientemente entregó avances.

Junto a un grupo de científicos y especialistas en plantas, insectos, aves, peces y mamíferos, el profesor Juan Fernando Díaz Nieto y los estudiantes Andrés Mateo Giraldo y Yehimy Rueda, durante dos semanas, recolectaron información en la zona rural de la vereda El Porvenir, en el Carmen de Viboral, para identificar los distintos mamíferos que allí habitan.

“La diversidad biótica de nuestro país está por descubrirse, y ese es el objetivo de la expedición”, señala Juan Fernando Díaz, biólogo de la Universidad de Antioquia y doctor en Ecología, Evolución y Comportamiento de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos).

En la expedición participan investigadores de distintas universidades de la región, que reciben apoyo de autoridades ambientales como Cornare, que mantienen zonas protegidas y de reserva para la conservación de la biodiversidad en Antioquia. La expedición en el Oriente antioqueño es la segunda realizada en el país, luego de la visita de los expedicionarios a Altos del Tigre, en Putumayo, una zona en la que los científicos nunca habían llegado por el conflicto armado.

Según los creadores del proyecto científico, 20 expediciones en lugares como Caquetá, Urabá, zonas del Pacífico y las islas de San Andrés y Providencia se llevarán a cabo hasta 2018. Esta es una apuesta de Colciencias por avanzar en el reconocimiento de la biodiversidad en el país y describir 5.000 nuevas especies que enriquezcan las colecciones bióticas.

“Hay algo que conocemos como diversidad críptica, que hace referencia a especies que externamente lucen muy similares, pero que resultan ser muy diferentes. Es allí donde hoy en día se oculta la gran parte de esa diversidad no descrita del planeta”, dice el mastozoólogo Juan Fernando Díaz, quien lleva 17 años en el trabajo de campo en diversas zonas de Antioquia con mamíferos.

Una aventura científica

Durante la expedición, desde muy temprano los estudiantes de biología Mateo y Yehimy preparaban el cebo y las más de cien trampas que se instalaron estratégicamente en el cañón del río Melcocho. Con técnicas de fototrampeo y otras como la medición de temperatura, la captación de sonidos y las redes de niebla, los investigadores se prepararon para la identificación de las distintas especies y descubrir con precisión su información genética.

“La expedición fue en noviembre de 2016. Fuimos cerca de 15 investigadores a hacer el muestreo. Había gente de todos los grupos taxonómicos: mastozoólogos, ornitólogos, entomólogos, botánicos. Cada quien en su campo iba haciendo los muestreos y procesando la información”, cuenta Mateo Giraldo.

Esta zona, ubicada en el municipio del Carmen de Viboral, fue valorada por la expedición científica por su alto nivel de biodiversidad, además, por ser un lugar inexplorado por los biólogos, que no llegaban allí a razón del conflicto armado que mantenía estos territorios vedados a la ciencia. La consecuencia de esto para el país ha sido la poca exploración de los distintos ecosistemas y un vacío en la información del estudio biótico.

Tradicionalmente las expediciones buscan describir las especies que habitan los territorios no explorados para aumentar los inventarios bióticos, lo cual es un aporte importante para los diferentes grupos taxonómicos del país.

“Lo mejor fue que pudimos compartir el conocimiento con otros campos de la biología, conocer el método de muestreo que ellos utilizaban para coger las especies que necesitan. Algo muy importante, además, fue que se hizo un trabajo social: fue muy interesante estar ahí con los animales y los niños de la comunidad preguntando y aprendiendo”, expresa Yehimy, estudiante del pregrado en Biología.

Esta expedición, que continua en todo el país de la mano de los investigadores del Instituto Humbolt, integra a los investigadores locales y estudiantes de los grupos de investigación de universidades, quienes comparten sus descubrimientos con los distintos especialistas de la biología, como el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, uno de los museos de historia natural más importantes del país.

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