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Somos más que nuestros genes

Publicado, 22-09-2008

Avances científicos en genética podrían acercarnos cada vez más, positiva o negativamente, a mundos antes posibles solamente en historias de ficción.

Somos más que nuestros genes
La imaginación se ha nutrido siempre de personajes que superan la debilidad humana: superhéroes sanos, inteligentes y con poderes sobrenaturales. La perfección ha sido el sueño del hombre; la ciencia y la tecnología las herramientas más poderosas para buscarlo.

En nuestra memoria perduran imágenes de “El Capitán América” o “El Hombre Araña”, ídolos de ficción que por errores de laboratorio o mutaciones genéticas se convirtieron en unos superhombres.

El hombre perfecto

En 1953 los científicos Watson y Crick, a través de un artículo publicado en la Revista Nature, sacaron a la luz un descubrimiento sin precedentes: la estructura del ADN.

El ADN es una molécula con forma espiralada ubicada en el núcleo de las células y posee, en forma codificada, toda nuestra información genética: la estatura, color de ojos, la tendencia a ser gruesos o delgados o las posibles enfermedades que podríamos desarrollar durante nuestra vida.

Conocer la estructura del ADN fue la entrada al campo de la manipulación genética, que originó procesos tan trascendentales como la modificación genética y la clonación.

La modificación genética puede evitar y curar definitivamente ciertas enfermedades congénitas. La optimización de este proceso representaría la posibilidad futura de un hombre fisiológicamente casi perfecto.

La clonación permite la multiplicación de organismos idénticos. La oveja Dolly sorprendió al mundo, por ser el primer organismo vertebrado producto de una clonación. Para algunos la ciencia estaba “jugando a ser Dios”, rompiendo las barreras de la naturaleza; sin embargo, hoy Dolly está envejeciendo a una velocidad superior a la normal, lo que confirma que la clonación aún no es un preceso controlado en su totalidad, esto aumenta la incertidumbre acerca de una futura clonación de humanos.

{* title=Se abre el debate}
Se abre el debate


En el marco del XXXIV Congreso Nacional de la Asociación Colombiana de Ciencias Biológicas, organizado por la Universidad del Valle (Cali, Colombia) durante el simposio sobre organismos modificados genéticamente, algunos científicos opinaron sobre el tema.

El ruso Levon Abramian, docente de la Universidad Industrial de Santander (Colombia) piensa que “se puede llegar a clonar un organismo humano, pero no repetir una persona.” No somos solamente genes, los rasgos más distintivos de nuestra personalidad se deben en gran medida al entorno que nos rodea, a la influencia de amigos, familia, personas con las que hemos interactuado y a la calidad de experiencias únicas que hemos vivido a través del tiempo. Asi que las modificaciones genéticas por sí solas posibilitarían la creación de un ser humano fisiológicamente sano, pero no del hombre perfecto, dice Levon Abramian.

El investigador Fabricio Rodrigues Dos Santos de la Universidad Federal de Minas Gerais- Brasil, uno de los pocos latinoamericanos que investiga en el Proyecto del Genoma Humano, dice que aunque la modificación genética puede curar enfermedades congénitas y ayudar en casos como la infertilidad, todavía no se conocen las consecuencias que a largo plazo, y en generaciones posteriores, tendría este tratamiento. “El hombre debe continuar haciendo hijos como lo ha hecho hasta ahora. La eugenesia, ciencia que busca crear al hombre perfecto, sólo vendría a degenerar la condición humana” .

Otra consecuencia negativa se podría derivar del conocimiento de nuestros genes. Una nueva clase de discriminación podría darse en el futuro: Si la ciencia permite conocer toda la información genética de las personas, muchas pueden ser estigmatizadas, descalificadas para ciertas labores o excluidas de plano de beneficios como los seguros de salud, al comprobarse que tienen tendencia a determinadas enfermedades.

{* title=Ni las plantas escapan}
Ni las plantas escapan


Como en el cuento de los fríjoles mágicos en que unas semillas crecen hasta las nubes, la ciencia, a través de la modificación genética produce resultados sorprendentes en los campos vegetal y animal que podrían superar cualquier historia fantástica: un álamo que biorremedia la contaminación ambiental por mercurio; un tomate que gracias a la introducción artificial de un gen proveniente de un pez (transgénesis) dura más tiempo fresco; árboles, ratones y renacuajos bioluminiscentes que brillan en la oscuridad y permiten visualizar el desarrollo de sus órganos internos, debido a que se les han introducido los genes de la luciérnaga.

Ya circulan alimentos transgénicos, resistentes a ciertos insectos, plagas, herbicidas y con mayor calidad nutricional. Estas características dependen, en su mayoría, de un solo gen, así que el proceso de transgénesis es relativamente sencillo. No obstante las múltiples ventajas de las plantas transgénicas, éstas tampoco escapan del cuestionamiento ético.

Según el investigador Paul Chavarriaga de la Unidad de Biotecnología del Centro Internacional de Agricultura Tropical - CIAT (Colombia) con estos nuevos productos se ahorran millones de dolares en recursos destinados a combatir las plagas y mejorar los alimentos. Estas especies modificadas representan una posibilidad en 20 o 30 años, cuando la población mundial crezca, los recursos naturales disminuyan y la tecnología pueda llegar a solucionar problemas de hambre y desabastecimiento.

Para Rodrigues Dos Santos las plantas y alimentos transgénicos podrían generar problemas económicos y ecológicos. Si se plantan productos transgénicos resistentes a insectos, en las parcelas vecinas estarían obligados a implementar ese mismo tipo de cultivo, pues, de lo contrario, los insectos arreciarían su ataque contra las plantas naturales que no tienen esta protección. Tampoco se conocen los efectos colaterales que puede tener el consumo de estos alimentos.

Para el presbitero Gilberto Celli, del Instituto de Bioética de la Universidad Javeriana (Colombia), “el problema que tiene la tecnociencia es que cree en un dogma: que todo lo que sea tecnocientíficamente posible es necesariamente ético”. La ciencia le ha permitido al hombre mejorar notablemente su calidad de vida, pero también lo podría poner a las puertas de grandes desastres.

Pra mayor información sobre el tema puede contactar al profesor Esteban Osorio, Sección de Genética del Departamento de Biología, Universidad del Valle.  E-mail: esosca@biología.univalle.edu.co


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