Publicado, 16-03-2006
Álvaro Acevedo Tarazona busca dejar un registro histórico del impacto
intelectual y político de la educación superior en el país. Su
versatilidad le ha permitido saltar de la teoría a la novela histórica
y del mundo prehispánico a las vidas de "los que no tienen voz" o de
"las minorías y sociedades de ideas".
Perfil elaborado en febrero de 2006
En su época universitaria no dudó un instante en abandonar los números
para seguir el camino de la Historia, su verdadera pasión. A pesar de
haber llegado hasta el tercer semestre de Ingeniería Mecánica en la
Universidad Industrial de Santander (UIS), decidió darle curso a las
lecciones de humanística que su maestro Armando Gómez impartía a los
estudiantes de ingeniería.
Luego de cambiarse a la Escuela de Historia y obtener el título
profesional en el año 1993, inició su producción con un recuento sobre
la trayectoria de la UIS en la consolidación de los programas técnicos
y profesionales; continuó con los temas Historia de la universidad del
Gran Caldas y Conflicto y violencia en la universidad en Colombia, a
través del movimiento estudiantil Audesa (1953-1984); y se ha
aproximado a la historia ambiental con el libro Cambios ambientales en
perspectiva histórica en el Chocó biogeográfico, Norte del Valle y el
Gran Caldas. Dos maestros han dejado una huella en su formación:
Armando Martínez Garnica y Heraclio Bonilla.
Escribió la novela histórica Revolución sin alma, que relata
experiencias sobre el movimiento estudiantil en Colombia y sus
relaciones con el Ejército de Liberación Nacional. Recientemente ha
incursionado en la historia de los que no tienen voz, por medio de
personajes como el pastor protestante Gabriel Vélez, Gonzalo Arango y
el Capitán Venganza, tres individuos pereiranos, el último de ellos un
bandolero de los años 50.
Premio Nacional de Cultura (1996), Mención Especial en la XXI versión
del Concurso Anual de Novela "Aniversario Ciudad de Pereira" (2004),
Finalista en el Concurso de Cuento Ciudad de Bucaramanga (2003) y tesis
doctoral sobresaliente cum laude (2003), de la Universidad de Huelva
(España), este historiador santandereano, que se desempeña como docente
en la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP), es reconocido por sus
aportes al análisis de la educación superior de las décadas
precedentes, y por la producción de sus grupos de investigación
Historia de la Educación Superior Colombiana e Historia y Educación
Ambiental, reconocidos por Colciencias.
{* title=Recuerdos que inspiran}
Recuerdos que inspiran
Álvaro Acevedo Tarazona nació en Bucaramanga hace 37 años, sin
embargo,
-parafraseando a la escritora Marguerite Yourcenar- sostiene que "uno
es de donde se hace inteligente", y él lo hizo en San Vicente de
Chucurí, un pueblo que se dio a conocer por la violencia bipartidista y
la posterior influencia de la guerrilla del ELN. Allí el académico
estrechó amistad con compañeros de la primaria cuya infancia se vería
diluida en medio de las confrontaciones armadas, las ideologías y el
desplazamiento forzado.
A finales de la década del 70, cuando se recrudeció el conflicto, su
familia debió abandonar el lugar. De esa forma retornó a Bucaramanga,
"para dar el salto de un pueblo donde todos eran iguales, a una ciudad
de estratificaciones sociales", recuerda.
Pese a los traumas que ese cambio trajo consigo, Acevedo Tarazona logró
establecerse con los suyos en el barrio Santander y se convirtió en uno
de los estudiantes más sobresalientes del colegio público INEM.
Aquellos recuerdos de infancia, asegura, le han servido para tener
presente su origen, pero también han sido la inspiración para adelantar
varias aproximaciones históricas al tema de la guerra interna en el
país, los movimientos sociales y su nexo con las ideologías y el
movimiento estudiantil.
{* title=Investigación participativa}
Investigación participativa
La educación marcó su juventud: accedió a la universidad más importante
de su departamento, donde hizo el pregrado y obtuvo los títulos de
Especialista en Filosofía y Magíster en Historia. Además, desde muy
temprano se fijó como proyecto de vida convertirse en profesor.
La institución universitaria se convirtió en su preocupación desde que
cursaba el segundo postgrado. Su tesis de maestría explica el papel de
la UIS como epicentro de la transmisión del conocimiento técnico en
Santander, y la del doctorado en la Universidad de Huelva es una
excelente mirada a los movimientos estudiantiles en la larga duración.
"Busqué demostrar que éstos no lograron establecer la modernidad en el
país, ni reformar la universidad, pues pese a su espíritu de rebeldía,
entraron en una cultura autoritaria, de exclusión e ideologización
extrema, que dificultó su labor", señala.
Ha desempeñado el rol de catedrático y profesor asociado, ha sido
investigador de la educación superior y analista del quehacer
pedagógico, y en la actualidad pertenece a una de las iniciativas sobre
educación más importantes del país. Rudecolombia, como se conoce a la
red que lidera un sobresaliente doctorado en el tema y que es apoyado
por ocho universidades del país, le ha permitido profundizar en el área
pensamiento y comunicación, en el que también se mueve su grupo de
Historia de la Educación Superior Colombiana.
"Uno tiene que investigar en aquello con lo que se siente comprometido,
de lo contrario toda la vida será un desocupado", señala, mientras le
atribuye la frase a Facundo Cabral. En virtud de esa creencia, acaba de
terminar el libro Protesta y exclusión universitaria en Colombia
1968-1974, "un estudio de representaciones", con el que espera
acercarse al contexto en el que se formaron los intelectuales de los
años sesenta y setenta en Colombia. Ese tema lo ha alternado con
numerosos trabajos de historia regional en Santander, el norte del
Valle y el Viejo Caldas. Espera publicar muy pronto un trabajo sobre
esclavos y producción minera en el Chocó.
{* title=Intelectual de concurso}
Intelectual de concurso
Uno de los campos en los que incursiona este humanista es la
escritura. Su gran diversión es sentarse frente al computador de su
estudio a redactar relatos y cuentos cortos sobre personajes otrora
protagónicos de la historia. Suele enviar sus textos a concursos
nacionales, a la Escuela de Escritores de Madrid, de la que es miembro
y con la que entra en contacto a través de Internet, o los pone a
consideración de sus colegas en la Academia Pereirana de Historia, que
ayudó a crear en el año 2000, y de los periódicos locales, que ya lo
consideran un colaborador asiduo.
Adepto del deporte, pasa horas enteras en el gimnasio, donde
curiosamente le da cuerpo a sus historias y ensayos académicos. Sigue
el fútbol nacional por televisión, luego de que jugara profesionalmente
hasta los 25 años. Le encanta tertuliar sobre literatura o cine con sus
amigos y se vuelve loco cada vez que viaja a Bogotá, Madrid o Sevilla
para ir de compras a las librerías más grandes.
Últimamente afirma vivir preocupado por la situación de la universidad
pública en Colombia y la calidad de los profesores, ya que "somos uno
de los países de América Latina que menos investiga en ciencias
sociales, y ello se debe a la falta de una política estatal que
estimule los proyectos intelectuales en ese campo".
Por esa razón enfatiza en la necesidad de crear una comunidad académica
sólida que comparta el conocimiento y en la que los científicos de las
ciencias sociales puedan apoyarse constantemente ante la ausencia de
financiación. Su intención es ayudar a consolidar un colectivo de ese
tipo sobre educación superior. Y desde ya hace aportes con sus
investigaciones de maestría y doctorado, gracias a las cuales es
reconocido como una joven promesa de la historia social y de la
universidad en Colombia.