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Científicos en el área de Ciencias de la Salud

Delfina Urbina Ospino

Publicado, 19-09-2006

Delfina Urbina no se resigna a dejar su trabajo sobre los rotavirus y la diarrea infantil. A pesar de estar jubilada de la Universidad de Cartagena, luego de más de veinticinco años de docencia, continúa su trabajo, ahora con el auge de las nuevas tecnologías para el diagnóstico molecular de microorganismos. El fin último: aportar conocimiento para que dejen de morir niños y niñas por un problema que podría evitarse.

Delfina Urbina Ospino
Perfil elaborado en septiembre de 2006

La microbióloga momposina Delfina Urbina Ospino ha estado siempre rodeada de bacterias, virus, parásitos y hongos, siendo el rotavirus su preferido, uno de los microorganismos culpables de la diarrea infantil, que en la costa caribe colombiana cobra la vida de muchos niños y niñas anualmente.

Empezó por conocerlos estudiando sus comportamientos, mecanismos de transmisión y manifestaciones. Aprendió a reconocer en el laboratorio las diferentes cepas que se presentan en su región, su alto poder de transformación para evadir la acción de la droga que los combate, y ahora estudia las características genéticas de las cepas autóctonas de rotavirus, con el propósito de aportar conocimiento útil para el diseño de vacunas que buscan reducir el impacto de la diarrea en la niñez.

Le preocupan las enfermedades infecciosas de origen alimentario porque son pocos los estudios epidemiológicos sobre su región que existen en el país y escasas las acciones para prevenirlas y combatirlas, ahora que se han convertido en un problema de salud pública. Hay muchos vacíos aún que exigen respuestas, no obstante los estudios realizados en hepatitis B, meningitis, infecciones bacterianas de transmisión sexual, e infección nosocomial, entre otras.

{* title=Formación de la personalidad}
Formación de la personalidad

Heredó de su madre, doña Ana, una actitud decidida, recursiva y valiente que demostró por ejemplo cuando se le incendió su laboratorio en la Universidad de Cartagena, hace unos años. Los obstáculos son para saltarlos, parece decir al recordar el episodio. Inmediatamente buscó la solidaridad de las directivas, laboratorios de la institución y externos, y de la propia comunidad científica del país, y al otro día continuaba sus investigaciones paralelamente a estar solucionando el montaje de nuevo del laboratorio.

La menor de cinco hermanos, vivió en Mompox hasta que llegó la hora de entrar a la universidad. Agradece la educación que recibió tanto de su familia como de su colegio, el Sagrado Corazón de Jesús. De su familia valora inmensamente la armonía y el amor en el trato de sus padres y de sus hermanos, a tiempo que el respeto por los espacios de cada uno, lo que se refleja hoy en una mujer independiente, segura y tranquila, que busca ofrecer bienestar a la población a través de la investigación científica. De las religiosas de la comunidad franciscana que la educaron en primaria y bachillerato, se benefició de una educación integral que iba más allá de las clases obligatorias. “En el aspecto cultural nos ponían a oír los clásicos de la música, a desempeñarnos en el teatro, en la comedia, en fin, lo que nos unía como estudiantes y proyectaba el colegio en sus diferentes manifestaciones. Yo creo que eso enriquece mucho”, dice.

Le interesaba la bacteriología, pero eso representaba su desplazamiento a Bogotá. La facilidad de tener ya dos hermanos viviendo en la ‘Heroica’ hizo que resolviera ingresar a la Universidad de Cartagena a estudiar Química y Farmacia. “Mi tesis fue sobre un tema de laboratorio clínico, estrechamente relacionada con la microbiología: un estudio epidemiológico sobre la prevalencia de grupos sanguíneos”.

Se vincula al departamento de biología de su universidad como docente e investigadora y reparte su tiempo entre las facultades de Química y Farmacia (hoy Ciencias Químicas y Farmacéuticas) y de Medicina, moviéndose en los campos de la biología y la microbiología, hasta que se le presenta la oportunidad de viajar a la Universidad de Antioquia, en Medellín, a realizar su maestría en microbiología, donde tuvo como tutora a la reconocida micóloga antioqueña Ángela Restrepo.

En 1973 la Academia de Medicina de Medellín le otorgó el primer premio que obtuvo por un trabajo sobre hongos. “Eso me motivó definitivamente”, recuerda, por la impronta que le dejó la doctora Restrepo, en cuanto a su dedicación al estudio, al amor por la investigación y el conocimiento. Han seguido otros reconocimientos de la comunidad científica, universidades y entidades de trayectoria nacional e internacional, y de asociaciones científicas y profesionales.

{* title=Bacterias y virus}
Bacterias y virus

De regreso a su alma mater, enfocó sus estudios hacia la diarrea infantil y el rotavirus, que había sido descrito en la anterior década, apoyada por estudiantes de medicina y de química. Conformó un núcleo de investigación, para asumir posteriormente el reto de liderar desde 1990 al 2004 la Maestría de Microbiología en la Universidad de Cartagena, lo cual ayudó también a iniciar la investigación básico-clínica de enfermedades infecciosas en la facultad de Medicina, fomentándose el trabajo interdisciplinario en un área donde aún hay mucho por hacer.

En el transcurso de la carrera docente alcanzó la máxima categoría de Profesor Titular, y fortaleció sus conocimientos con entrenamientos en la Universidad de Virginia, el Hospital de Veteranos, y el Hospital Presbiteriano, en Estados Unidos, y en el Instituto Butantá de Brasil.

En el estudio de los agentes de diarrea, “la parte de interés médico la inclinaba hacia la epidemiología de los rotavirus como germen importante en el problema de la diarrea en humanos, y en la parte de química, la enfoqué al papel que podían cumplir los productos lácteos o el agua como vehículos trasmisores de los rotavirus”, explica.

“Si yo comparo los primeros estudios con los de ahora aparentemente se ha disminuido el índice de infección por rotavirus”, dice, aunque realmente cree que la situación sigue igual porque también depende de la época en que se realiza el estudio y de las metodologías utilizadas. A pesar de que la cobertura en servicios públicos ha mejorado notablemente lo que ofrece cierto parte de tranquilidad, continúa, aún hay gérmenes que son endémicos, y se necesita no solamente que haya buenos servicios públicos, sino también buena educación. “Yo puedo sacar el agua potable del grifo, pero resulta que si voy al baño y no me lavo las manos después, seguimos en las mismas”, remata.

También ha realizado estudios para probar la susceptibilidad de aislamientos bacterianos causantes de infecciones, con el propósito de aportar conocimiento para precisar los tratamientos y realmente definir cuándo son aplicables, porque resulta claro que aún se formulan, sin haber establecido la verdadera causa del problema: podría ser que la enfermedad sea causada por virus, como ocurre en la diarrea viral, en cuyo caso el antibiótico es completamente innecesario, ó por bacterias resistentes a ellos, y por tanto su efecto es nulo.

Por eso le preocupa la falta de coherencia entre los resultados de la investigación y las políticas de intervención. “Debería haber mas comunicación entre las entidades distritales y departamentales que manejan salud pública y la universidad”, dice, y menciona como ejemplo cuando se dio el primer brote de cólera en Cartagena. “Salud publica se acordó que existía un laboratorio de microbiología en la Universidad y nos solicitó hacer el diagnóstico para que el Instituto Nacional de Salud lo confirmara”. Unos años más tarde, cuando vuelven a presentarse casos de cólera en la región, se establece un convenio entre la Secretaría de Salud de Bolívar y el laboratorio de microbiología de la Universidad de Cartagena. “Allí hubo una verdadera integración”.

Sus estudios en rotavirus y bacterias coliformes de la Bahía de Cartagena también formaron parte de las medidas sanitarias preventivas tomadas en su momento por las autoridades municipales, como la restricción de algunas playas. Los resultados aportaron información para el diseño del plan maestro del alcantarillado de la ciudad.

{* title=Metas por cumplir}
Metas por cumplir

La profesora Urbina ya se jubiló de la Universidad de Cartagena, pero sigue haciendo investigación, es par evaluador, y por sus investigaciones es regularmente consultada por estudiantes del país o el exterior. Entre estar pendiente de su madre, quien a sus casi cien años, exige una atención especial, hacer ejercicio en las mañanas, para mantener la vitalidad, liderar labores sociales en beneficio de la infancia y compartir con sus amigos y colegas, sigue con el firme propósito de continuar las investigaciones en rotavirus.

“Comencé haciendo una descripción sobre su presencia en nuestro medio como posible agente de un fenómeno que para mí ha sido muy importante y es la diarrea infantil. Mis ultimas publicaciones están relacionadas con la caracterización molecular de los rotavirus, con el fin de producir conocimiento que permita establecer si las vacunas actuales que están probándose en Latinoamérica, incluida Colombia, podían ser eficientes contra las cepas endémicas y alcancen también a proteger contra las cepas nuevas que hay en nuestro medio”.

Al igual que todos los trabajos de investigación realizados, sus metas involucran a su región y buscan mejorar las condiciones de vida de sus habitantes, principalmente de los niños y las niñas de la costa caribe colombiana. Actualmente lidera una propuesta que pretende construir el mapa epidemiológico de las cepas de rotavirus que se presentan en la costa Atlántica. “Tenemos cepas emergentes, como la G9 que hemos detectado, y queremos saber dónde más se ha presentado en el país”. En el reciente II Simposio Nacional de Virología logró analizar con colegas de la comunidad científica, el impacto de la gastroenteritis viral y sus agentes en el país.

Así es esta mujer caribeña, generosa, prudente, a veces silenciosa, a quien no le preocupa el tiempo, ni el espacio: puede estar aquí o en una conferencia en Estados Unidos, en Suramérica o en el Caribe, da lo mismo, lo importante es mantenerse activa y aprendiendo.

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