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Científicos en el área de Ciencias de la Salud

Susana Fiorentino

Publicado, 13-05-2006

Susana Fiorentino es la coordinadora del Grupo de Inmunobiología y Biología Celular de la Universidad Javeriana de Bogotá, que estudia patologías que alteran el sistema inmune y busca productos naturales con capacidad inmunoestimulante o antitumoral. La intención es validar el conocimiento tradicional de nuestros antepasados indígenas, que no es científicamente aceptado a pesar de que su eficacia ha sido comprobada durante siglos de aplicación.

Susana Fiorentino
Perfil elaborado en abril de 2006

Su interés por las ciencias la llevó a estudiar bacteriología en la Universidad Javeriana de Bogotá, donde actualmente desarrolla su actividad como investigadora. Sin embargo se dio cuenta de que sus expectativas iban más allá de lo que ofrecía el pregrado y por eso sometió a un serio examen su elección. Gracias al consejo que recibió del doctor Julio Latorre, uno de sus profesores, Susana Fiorentino continuó sus estudios sin perder de vista su naciente interés por la investigación.

En el último semestre del pregrado trabajó en el laboratorio del Hospital Infantil de Bogotá con uno sus grandes maestros: el doctor Francisco Leal. Junto a él perfiló su interés profesional pues las largas jornadas en el laboratorio y el contacto directo con pacientes que presentaban enfermedades casi incurables, fueron las que la motivaron para afianzar su destino. Se dio cuenta de que había más cosas por hacer en cuanto al tratamiento y al diagnóstico de esta clase de males.

La doctora Fiorentino tuvo la opción de comenzar una especialización en inmunología en los Estados Unidos, pero por motivos personales decidió postergar esa opción. En 1987 abrieron una maestría en esa área en Medellín y optó por viajar a esa ciudad y continuar sus investigaciones en ese campo.

Al culminar sus estudios regresó a la Universidad Javeriana de Bogotá, donde en poco tiempo demostró sus capacidades y los resultados de sus trabajos. Gracias a estos, la universidad la postuló como beneficiaria de una beca para cursar un doctorado en Francia, donde viajó con su familia. Para ella, la universidad y sus seres queridos han sido sus cómplices para llevar con éxito sus investigaciones. La primera por facilitarle los recursos necesarios y brindarle el apoyo institucional necesario para la gestión; por otra parte, su esposo, su madre y sus hijas han sido sus compañeras de viaje en este camino.

"En París estuve casi 5 años y realicé dos postdoctorados, estudié a profundidad la inmunología celular, las vacunas sintéticas, la bioquímica y la biología molecular. Al final, mi tesis fue sobre inmunología en pacientes con Sida. Regresé al país porque el tipo de beca que me había otorgado Colciencias así me lo exigía y porque quería revertir mi conocimiento en Colombia y desde entonces mi convicción personal se convirtió en mi mejor aliada para terminar cada proyecto", concluye.

{* title=Plantas para el cáncer}
Plantas para el cáncer

"Actualmente con el grupo adelantamos un ambicioso y complejo trabajo que pretende conocer las propiedades de ciertos materiales vegetales que tienen como fin determinar su capacidad de detener y/o acabar con tumores humanos. Con mi equipo de trabajo, en el que hay profesionales de la empresa privada, de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas y del Grupo de Fitoquimica de la Javeriana, estamos en vías de comprobar científicamente la efectividad de una de las plantas utilizada por nuestros ancestros indígenas a nivel curativo," agrega Fiorentino.

Las investigaciones están comenzando a rendir los primeros frutos al determinar que una de las plantas sí ofrece facultades antitumorales. Con estos resultados iniciales se pretende involucrar a la comunidad agrícola para comenzar a producir la planta y si es posible, proponerla como alternativa en los programas de sustitución de cultivos ilícitos que adelanta el gobierno colombiano.

Con este proyecto se busca montar un laboratorio especializado para la producción de dichos compuestos y su introducción en el mercado de los medicamentos esenciales para el tratamiento de enfermedades que actualmente sólo se atacan con moléculas sintetizadas farmacéuticamente.

"Estas plantas antitumorales, a diferencia de las sustancias químicas, tienen actividad sinérgica inmunoestimulatoria y actúan directamente sobre el tumor acabándolo. La idea de nuestro trabajo es caracterizar esos compuestos, es decir, determinar qué hace cada uno de ellos, su simbiosis en los organismos. Este concepto es contrario a la manera como se aplican actualmente los tratamientos, que es con un solo compuesto. Esto nos ayudaría a controlar y curar el mal y no detenerlo de manera temporal," anota Susana Fiorentino.



En la actualidad, de 25 mil compuestos químicos sintetizados en laboratorios de todo el mundo sólo uno muestra actividad antitumoral. En cambio, de 800 naturales uno resulta efectivo en ese sentido, lo cual comprueba la necesidad y promisorios resultados de las investigaciones que se hacen en este campo.

"Actualmente con el grupo adelantamos un ambicioso y complejo trabajo que pretende conocer las propiedades de ciertos materiales vegetales que tienen como fin determinar su capacidad de detener y/o acabar con tumores humanos. Con mi equipo de trabajo, en el que hay profesionales de la empresa privada, de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas y del Grupo de Fitoquimica de la Javeriana, estamos en vías de comprobar científicamente la efectividad de una de las plantas utilizada por nuestros ancestros indígenas a nivel curativo," agrega Fiorentino.

Las investigaciones están comenzando a rendir los primeros frutos al determinar que una de las plantas sí ofrece facultades antitumorales. Con estos resultados iniciales se pretende involucrar a la comunidad agrícola para comenzar a producir la planta y si es posible, proponerla como alternativa en los programas de sustitución de cultivos ilícitos que adelanta el gobierno colombiano.

Con este proyecto se busca montar un laboratorio especializado para la producción de dichos compuestos y su introducción en el mercado de los medicamentos esenciales para el tratamiento de enfermedades que actualmente sólo se atacan con moléculas sintetizadas farmacéuticamente.

"Estas plantas antitumorales, a diferencia de las sustancias químicas, tienen actividad sinérgica inmunoestimulatoria y actúan directamente sobre el tumor acabándolo. La idea de nuestro trabajo es caracterizar esos compuestos, es decir, determinar qué hace cada uno de ellos, su simbiosis en los organismos. Este concepto es contrario a la manera como se aplican actualmente los tratamientos, que es con un solo compuesto. Esto nos ayudaría a controlar y curar el mal y no detenerlo de manera temporal," anota Susana Fiorentino.

En la actualidad, de 25 mil compuestos químicos sintetizados en laboratorios de todo el mundo sólo uno muestra actividad antitumoral. En cambio, de 800 naturales uno resulta efectivo en ese sentido, lo cual comprueba la necesidad y promisorios resultados de las investigaciones que se hacen en este campo.

{* title=Las limitantes como punto de partida}
Las limitantes como punto de partida

"Mi regreso a Colombia hace dos años me ha permitido algo muy importante que es pensar y crear libremente. La gran cantidad de limitantes e interrogantes en el país no han sido un freno para mi trabajo, sino la oportunidad para hacer más cosas y de concretar la aplicación de cada investigación. Todo lo estoy haciendo con una utilidad real sin importarme el tiempo que deba invertir en los proyectos".

Aunque hacer investigación en Colombia no es nada fácil, Susana Fiorentino hace parte de los cientos de científicos colombianos que creen que se pueden hacer cosas en el país.

"Investigar es un gusto que pocos nos podemos dar ya que en ciencia la retribución económica no es directamente proporcional al tiempo de trabajo invertido. La publicación en revistas extranjeras y especializadas y los premios, son el único reconocimiento directo que se tenemos al hacer esta labor", comenta la doctora Fiorentino para quien la investigación tiene un importante valor social.



También destaca el lugar que ocupan hoy en día las mujeres en la investigación científica, aunque reconoce que persisten fuertes modelos machistas que en ocasiones hacen más difícil el trabajo. "Tenemos que cumplir con roles sociales diferentes a los de los hombres que a veces nos imponen más trabajo, pero eso no ha sido un impedimento para dedicarme a las tareas del laboratorio con el mismo ánimo".

Gracias a ese impulso vital y creativo, recibió en el 2002 el tercer puesto en el premio que otorga la Sociedad Colombiana de Infectología en Investigación Básica; igualmente, obtuvo el Premio de la Academia Nacional de Medicina en la categoría Ciencias Clínicas en 1999 y 2001; fue galardonada con el premio al mejor trabajo de Investigación en Dermatología en el XXII del Congreso Colombiano de Dermatología en 1998 y el Premio Ames a la Investigación en Laboratorio Clínico de la Federación Colombiana de Especialistas en Laboratorio Clínico, entre otros.

Para esta investigadora bogotana no existe un obstáculo lo suficientemente grande como para frenar el crecimiento y el desarrollo de un país, pero esto requiere de trabajo, compromiso y un deseo inmenso de trabajar por y para los demás. Sus años de experiencia la ponen en el camino de grandes resultados "pero el día en que no me motive nada para despertarme a las cuatro de la mañana, me retiro y me pongo a cantar tangos como mi padre", concluye Fiorentino.


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