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Científicos colombianos en el área de Ciencias Sociales y Humanas

Orlando Fals Borda

Publicado, 17-12-2004

Científico colombiano comprometido con los cambios sociales del país, Orlando Fals Borda ha acompañado con ímpetu el desarrollo de grandes empresas académicas y políticas a lo largo de su vida, siempre de la mano de los campesinos. Su labor ha repercutido de manera importante en la izquierda colombiana.

Orlando Fals Borda
Perfil elaborado en noviembre de 2004

En Barranquilla nació Orlando Fals Borda, el papá y el Papa de la sociología colombiana, como diría su pupilo Alfredo Molano Bravo, uno de los sociólogos y analistas políticos más destacados del país. La capacidad de andar y nadar con lucidez entre campos de distinta naturaleza la heredaría de un ser legendario de la costa caribe colombiana, el Hombre Caimán. Fals, que entre otras cosas se siente muy orgulloso de sus raíces caribeñas, sabe combinar con lucidez el pensamiento científico y la acción política, por ejemplo, o la teoría, la literatura y la música.
 
Su esencia dual sobresalió de manera notable en el libro Historia doble de la Costa (1979), un estudio histórico de la región Caribe, en el que de manera novedosa creó una obra artístico-científica que se puede leer como dos textos por separado o como uno solo. Tiene dos canales: el A, de las páginas pares, y el B, de las impares. Por el canal A, el literato, el artista, el hombre de anécdotas y descripción -explicable porque realizó un pregrado y una maestría en literatura inglesa, en 1943 en la Universidad de Dubuque y en 1953 en la Universidad de Minnesota, respectivamente-; y por el canal B, el científico social, el teórico que se formó como doctor en sociología en la Universidad de la Florida de 1953 a 1955.

A continuación se aborda bajo estas dos perspectivas al sociólogo. En la primera parte se develan algunas anécdotas que marcaron su vida, como los primeros pasos en la disciplina y el acercamiento a los campesinos. En la segunda, se le observa, de manera formal, en los ámbitos sociológico y político.

{* title=Desde abajo}
Desde abajo

Al regresar de Estados Unidos en 1947, Orlando Fals Borda pasó un año en su tierra y, ávido de independencia, se trasladó a la capital del país en busca de experiencia y de trabajo. Su sensibilidad musical, unida al sentimiento patriótico, daría como resultado Mensaje a Colombia, himno a cuatro voces que nació de su sentimiento de indignación por el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán. 55 años más tarde, la obra saldría a la luz, gracias a que el maestro Eduardo Carrizosa preparó las partituras para cada uno de los instrumentos de orquesta.

Tabio: estudio de la organización social rural, del que aprendió la metodología allí descrita de manera autodidacta. Luego le preguntó a Lozano si tenía trabajo para él y éste lo envío a Vianí (Cundinamarca), al "Proyecto de municipio piloto para Colombia", donde su jefe, Gabriel Ospina, lo puso a arreglar un fichero y le dio la orden de no hablar con la gente del pueblo. Pero tan pronto tuvo la oportunidad, se reunió con la comunidad y trabó amistad con el cura, a quien le ofreció sus servicios como organista.

Tras llegar a Bogotá, luego de ser despedido, consiguió empleo como secretario bilingüe de la Winston Brothers, empresa que realizaba, entre otras obras, las represas de Neusa y Sisga en Cundinamarca. Se hizo amigo de los campesinos que venían de las zonas aledañas a trabajar como obreros, sobre todo con los provenientes de Saucío, una vereda de Chocontá.

Criado en tierra caliente al lado del mar y al son del vallenato, aquel mundo frío, en contraste, le resultaba totalmente interesante y desconocido. "Las relaciones fueron tan estrechas que iba todos los fines de semana a esa comunidad. Allí fue ‘adoptado' por una familia de apellido Torres", cuenta Alexander Pereira, estudiante de Historia de la Universidad Nacional, quien prepara una biografía sobre Fals. Fue en esta vereda donde, gracias a su labor, se conformó la primera Junta de Acción Comunal del país.

"Me conmueve descubrir tanto talento y afecto en las clases desprotegidas. Hay un tesoro, reserva de sentimiento y conocimiento en ellos, que es lo que puede salvarnos a todos. Yo gozo más trabajando con la gente humilde que con los sabihondos, porque con ella he aprendido lo auténtico y positivo de Colombia".

{* title=Campo adentro}
Campo adentro

Su incursión en el mundo rural, injusto, con desigualdades y violencia, no habría sido posible de no ser por su carácter saturado de optimismo; "esa ha sido mi enfermedad mental toda la vida y es lo que me ha permitido sobrevivir en condiciones tan horribles y peligrosas, pero me siento frustrado", dice Fals. ¿Por qué? Porque a pesar de todo lo que ha hecho por el estudio de la realidad y la intervención sobre ella, las metas que tenía planteadas, como la transformación nacional, la organización popular, la justicia y la paz, no fueron alcanzadas por su generación.

Aquel contacto con los habitantes de Saucío sería la inspiración de su tesis de maestría, trabajo que se publicó bajo el nombre de Campesinos de Los Andes en 1953. Dos años más tarde realizaría El hombre y la tierra en Boyacá. Bases sociohistóricas para una reforma agraria,  investigación con la que se graduó del doctorado en sociología.

La aproximación permanente al mundo rural le imprimió el interés por el análisis de la distribución de la tierra y de la violencia, ésta última objeto del polémico libro La violencia en Colombia, del que es coautor, y le valdría el nombramiento como viceministro de agricultura en 1959 durante el gobierno de Alberto Lleras Camargo.

A la par, creó junto con el padre Camilo Torres la carrera y la Facultad de Sociología en la Universidad Nacional de Colombia, la primera en Latinoamérica. Intentó infructuosamente ilustrar a la élite sobre la salida a los problemas de la violencia y la distribución de la tierra; al no encontrar eco, se dirigió a los campesinos. Esto, en el plano teórico, coincidiría con un cambio en la interpretación de la realidad: del marco estructural-funcionalista pasaría al marxista crítico.

{* title=Sociología con socialismo rima}
Sociología con socialismo rima

A la muerte de Camilo Torres -su amigo y colega- en 1966, se sumó un ambiente adverso, "generado por el malestar que me producía una academia rutinaria y alejada de la realidad, un Estado incompetente y una izquierda dogmática y anquilosada". Ese fue uno de los momentos más difíciles. Se retiró de la Universidad Nacional y más tarde, en los años 70, hizo parte del equipo "Rosca de investigación y acción social" que ideó el proyecto de Investigación Acción Participativa (IAP) y métodos que se aplicarían en otras partes del mundo y le darían reconocimiento internacional como científico social. La IAP pone a disposición de las comunidades oprimidas las ventajas de la ciencia, combinando la práctica con el saber abstracto; esto con el propósito de mejorar sus condiciones de vida.

Defendió la idea según la cual la academia debe devolver sistemáticamente el conocimiento al pueblo, para motivar su acción colectiva con fines de cambio social y político en contra de poderes opresores. "Esas investigaciones sólo serían posibles a través de un compromiso con las necesidades de cambio impulsadas por los sujetos estudiados", explica Alexander Pereira al hablar de la necesidad de Fals de tomar partido y de hacer uso de la acción directa.

Las nuevas fuerzas de la izquierda alcanzaron en Colombia un buen espacio en las elecciones del 26 de octubre de 2003, y Fals, quien nunca dudó que esta opción política tarde o temprano llegaría al poder, encuentra que el reto es mantenerse, pues "se abrió una puerta y se desplazó parcialmente a la clase dominante de manera increíble, por primera vez desde hace 150 años cuando ocurrió la revolución artesanal de 1854".

Él sigue soñando y escribiendo. Se mueve entre su casa, el Frente Social y Político y la Fundación Nueva República, velando por sus ideales, pues a pesar de los sinsabores tiene claro que se proclamará socialista hasta morir y reitera: "no soy un socialista romántico, sino raizal, auténtico. No me quiten de ahí, que fue donde me puso el maestro Gerardo Molina, el último gran socialista de este país".


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