Por eso, teniendo en cuenta que Latinoamérica cuenta con el 26% del total de agua dulce del planeta, de la cual consume el 6%, y que Europa solo dispone del 8% (su demanda supera el 13%), las acciones deben centrarse en la protección de este recurso. Así lo expresó Edwin Díez, director de la Fundación Amigos del Medio Ambiente (AMA).

Asimismo, explicó que esto se ve reflejado en los asaltos de las multinacionales del agua al potencial hídrico de Latinoamérica: “Por ejemplo en el caso de los movimientos de las comunidades de Cochabamba y de la Paz, en Bolivia, para obligar al retiro de una multinacional que manejaba el acueducto y había llegado a prohibir a los pobladores la captación de aguas lluvias”.

Además, se refirió a la visión del agua desde la cosmogonía indígena como elemento sagrado y a su importancia como un bien ambiental y de servicio al ser humano mediante los acueductos y espacios recreativos, en el uso de los procesos mineros, en especial a cielo abierto (que usan grandes volúmenes de agua y contaminan el ambiente).

También destacó la importancia de los mecanismos de resistencia de las comunidades en Latinoamérica que se han revelado a las grandes multinacionales y empiezan a convertirse en procesos embrionarios de construcción de una nueva sociedad ambiental.

“Las comunidades, a través de los siglos, han tenido el agua como un recurso fundamental de vida. A partir de las políticas neoliberales, el agua se ha convertido en una mercancía, por eso las comunidades preocupadas por la comercialización de este recurso proponen grandes movilizaciones que contribuyan a la conservación del agua como un elemento vital”, señaló Díez.

Dichos señalamientos se hicieron en la charla “Geopolítica del agua”, dirigida por Edwin Díez en desarrollo de la Cátedra Agraria.