El descubrimiento se hizo en inmediaciones del humedal Saldañita, de Natagaima, en donde se encontró la nueva especie que recibió el nombre de Hyphessobrycon Natagaima. El importante hallazgo, fruto de una investigación de siete años, resultó después de realizar un muestreo a dicho humedal, ubicado cerca de una comunidad indigena.

Después de hacer los analisis de la fauna y la flora, se encontraron en las muestras acuáticas unas pequeñas sardinas de las que no se tenía registro anterior.

"Inicialmente las comparamos con organismos que habían sido descritos para el departamento del Tolima y que no estaban en el listado oficial, luego comparamos con grupos que estaban inscritos en el río Magdalena y nos dimos cuenta que allí tampoco estaban; guardamos los ejemplares e inicialmente consultamos con varios expertos en el área a nivel nacional e internacional y nos dimos cuenta que eran organismos no descritos con anterioridad, es decir, una nueva especie para la ciencia", afirmó el profesor Francisco Villa, investigador de la Universidad del Tolima, quien hace 30 años dedica su trabajo académico a estudiar el sector acuícola.

La etapa siguiente fue la consulta a varios expertos, como el profesor Carlos García Alzate de la Universidad del Atlántico, Cesar Roman Valencia y Donald C. Taphorn, de la Universidad del Quindío, quienes intervinieron en las descripciones taxonómicas, la revisión del material y la nominación de la nueva especie que recibió el nombre de Hyphessobrycon Natagaima, en honor a la tribu indígena que habita esa región y con el fin de dejar constancia histórica con el nombre del pez para el municipio en el que fue encontrado.

Entre las características más relevantes del hallazgo se destacan que morfológicamente tiene más escamas que los animales semejantes a su especie, sin embargo, el profesor Villa señaló que: ¨lo más importante de la especie es que solo la hemos hallado en dos humedales: Saldañita en Natagaima y uno de Mariquita.

Estos humedales están ubicados en una zona que está presionada por la agricultura mecanizada; por ejemplo, alrededor del humedal en Natagaima, la comunidad indígena siembra maíz y extrae el agua para riego, lo que hace que se vaya secando; la nueva especie, al ser endémica, ocasiona que el Estado deba implementar un plan de manejo para proteger a la especie y al humedal, lo que enriquecerá al Departamento permitiendo que se protejan ecosistemas frágiles de las zonas bajas¨.

El proceso final de este logro se da luego de que la revista ¨Caldasia¨, del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia, aprobara la publicación del artículo que da fe del importante logro investigativo.

Desde el 2002 hasta la fecha, son varios los logros que se registran desde este grupo de investigación integrado por los profesores Gladys Reinoso Florez, Sergio Lozada Prado, Francisco Villa y alrededor de 100 estudiantes de pregrado y posgrado, quienes han construido de manera juiciosa y dedicada un trabajo en pro de la diversidad de fauna y flora de nuestro país.

¨Uno no busca nuevas especies, lo que estamos tratando de hacer desde el año 1997, cuando empezamos la línea de investigación, es tratar de determinar cuál es la diversidad del Tolima en diferentes grupos; nos dimos cuenta que a pesar de lo que creían en Bogotá y en el país, el Tolima no había sido muestreado más allá de Honda y algunas partes de Ibagué¨, comenta el profesor Villa cuando explica que el trabajo con el material que se colecta puede tardar entre tres y diez años, durante los cuales el proceso pasa por diferentes etapas como separación, definición, descripción y publicación.

Alianzas con el Museo Americano de Nueva York, la Academia de Ciencias de Filadelfia, el Museo de Historia Natural de Río de Janeiro, entre otras, han permitido establecer convenios nacionales e internacionales que han repercutido en la mutua cooperación en las áreas de estudio.

También, cabe resaltar que actualmente cuentan con 14 mil lotes en la colección de peces, construida en 11 años, lo que la convierte en la segunda colección más grande del país después de la que tiene el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, con 16 mil lotes y 50 años de creación.

El grupo es optimista frente a su trabajo y espera poder contarle a la comunidad científica, y a la región en general, de la existencia de cerca de diez especies más, entre las que encuentran dos de bagres, uno del río Magdalenta y otro del Alto Cauca; igualmente, una especie de Loricáridos conocido comúnmente como ¨Cuchas¨ en la zona de Villarica; otra para el área de influencia del proyecto del Quimbo; además un bagre pequeño del río Vaupés, dos especies de bagres del río Tetuán y otra en el río Icononzo.