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"SCIENCE ADVANCES" PUBLICA ARTÍCULO SOBRE EL OCÉANO QUE CUBRIÓ LA AMAZONÍA

Publicado, 12-05-2017

El profesor de Uninorte, Jaime Escobar, hace parte del grupo de investigadores que encontró nuevos indicios sobre el pasado de la región amazónica y que fueron publicados por la prestigiosa revista Science, que proponen una nueva teoría sobre la presencia de aguas marinas en este pulmón importante para el planeta.

Considerada un centro mundial de biodiversidad, la región amazónica ha sido objeto de curiosidad y estudio recurrente por parte de la comunidad científica mundial. Una labor que no cesa y en la que todavía queda mucho por decir. Entre las principales controversias que los científicos discuten para entender este pulmón del planeta está el saber si, en su pasado remoto, tuvo o no presencia de aguas marinas.

Una respuesta a este interrogante la entrega una investigación multidisciplinar —de la que hace parte el profesor de Uninorte Jaime Escobar, del departamento de Ingeniería Civil y Ambiental— que encontró evidencias de dos inundaciones marinas en la Amazonía Occidental durante el Mioceno. El artículo que presenta los hallazgos fue publicado desde el día de ayer en la prestigiosa revista Sciences Advances.

Pocos científicos llegan a divulgar sus investigaciones en este medio, que es una de las seis revistas científicas que dirige la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia –AAAS por sus siglas en inglés–. Escobar se convierte en el primer profesor de Uninorte que aparece en esta revista.

“Es bueno mostrar que se está haciendo ciencia de calidad y se está trabajando en temas que son importantes y de relevancia en cuanto al cambio climático y a la biodiversidad”, manifestó Escobar.

Para llegar a los resultados presentados en Sciences Advances, el equipo de científicos examinó núcleos de sedimento perforados de dos lugares de la región amazónica: los Llanos Orientales en Colombia y en una parte selvática de Brasil. A través de esa roca extraída, a la que le aplicaron procesos químicos para determinar su edad, pudieron hacer un viaje al pasado.

Un diente de tiburón y restos de un camarón mantis fueron dos de los hallazgos más reveladores, teniendo en cuenta las probabilidades tan escasas que tenían de encontrar esto en los 4 centímetros de diámetro que tienen los núcleos. “De eso se podría deducir que hay muchos más”, dijo Escobar.

Otras evidencias fueron encontradas al buscar polen en las rocas, lo cual permitió a los investigadores hacer una reconstrucción de la vegetación que había en ese momento, al determinar de qué tipo de plantas venía cada tipo de polen analizado.

Así mismo, se usaron como referente microrganismos encontrados que viven en aguas salobres llamados dinoflagelados. Estos se estudiaron para determinar cómo era el ambiente en donde se depositaron esas rocas. “Esto nos permite identificar el tipo de lugar que era. Si era un manglar, un océano somero o un océano con un mar profundo”, explicó Escobar.

De igual manera, añadió que “esto muestra evidencia muy fuerte para probar que sí hubo inundaciones marinas en el Amazonas durante el Mioceno y es algo que tiene implicaciones muy grandes para explicar la biodiversidad. Eso nos está diciendo que en ese momento era un ambiente muy cambiante y que la selva que conocemos hoy es relativamente nueva, solamente tiene muy pocos millones de años”.

Con la evidencia hallada los científicos pudieron encontrar posibles respuestas no solo al interrogante de la presencia de agua marina, sino también al lugar probable por el que entró y su duración.

Según exponen en el artículo, las inundaciones llegaron por el Caribe y se presentaron en dos periodos, uno hace 17 a 18 millones de años y el otro hace 14 millones de años, con una duración de 400 000 años. En ambos momentos la presencia oceánica en los Llanos Orientales fue superior a la que se cree que hubo en Brasil.

Escobar y el resto del equipo de investigadores tardaron cerca de 10 años en encontrar estos resultados, sin mencionar los grandes recursos económicos y tecnológicos que necesitaron. Sin embargo, a pesar de ser resultados contundentes a la vista de muchos, el docente afirma que en ciencia nada es absoluto.

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