Mauricio Camargo, experto en genética de la Universidad de Antioquia,
coordina investigaciones en genética humana, ciclo celular y
genotoxicidad ocupacional. Se dedica a entender qué ocurre en los genes
humanos cuando se desarrollan enfermedades como el cáncer gástrico y
las leucemias, inducidas por el contacto con sustancias químicas.
Además participó en la creación del Sistema de Identificación
Cromosómica Internacional.
Perfil escrito en diciembre de 2004
Para Mauricio
Camargo Guerrero la naturaleza siempre tuvo un encanto especial. Cuando
era un niño tenía grandes colecciones de conchas y de mariposas, las
cuales multiplicaban sus interrogantes acerca del mundo de los seres
vivos. Pese a que en su hogar lo impulsaron para que estudiara medicina
como su padre, su interés por la biología fue mayor.
Fue así
como en 1968, cuando llegó el momento de decidirse por una profesión,
no dudó en matricularse en la primera promoción de la carrera de
biología de la Universidad de Antioquia. Su interés era especializarse
en bioquímica pero se dedicó a la genética al ser encargado como
monitor de los primeros laboratorios que tuvo la universidad para esos
estudios.
Esa afortunada circunstancia le abrió sus horizontes
científicos hacia lo que hoy son sus especialidades: la genética humana
molecular, la replicación cromosómica, la citogenética y la genética
médica. Desde entonces, dedica su vida a descifrar lo que ocurre
genéticamente en el organismo cuando atacan enfermedades como el
cáncer, las leucemias o aparecen nuevos síndromes.
{* title=Genética ocupacional}
Genética ocupacional
Una
de las líneas de investigación que más recientemente ha desarrollado el
doctor Camargo, está centrada en detectar los daños genéticos que
ocurren en poblaciones que manipulan o tienen contacto directo con
sustancias altamente tóxicas en la industria petrolera y minera.
De
lo que se trata es de examinar qué daños ocasionan en los cromosomas de
los trabajadores sustancias como el benceno, solventes orgánicos,
metales pesados, contaminantes ambientales y las radiaciones.
Cuando se detectan tempranamente los perjuicios que se generan en las
células, antes de que se desarrollen enfermedades tan frecuentes y
delicadas como las leucemias o el cáncer gástrico, es posible
prevenirlas de manera eficaz.
Relacionados con este trabajo, el
doctor Camargo dirige actualmente proyectos como el de Identificación
de genes de susceptibilidad en trabajadores ocupacionalmente expuestos
al benceno e Identificación de susceptibilidad genética para
desarrollar neoplasias gastrointestinales, financiados por la Empresa
Colombiana de Petróleos (Ecopetrol) y la Universidad de Antioquia, con
los cuales ha llevado por primera vez en Colombia la genética al campo
de la prevención y el cuidado de la salud genética poblacional.
Como
anota el especialista, "la genética toxicológica ocupacional pretende
detectar a tiempo los daños genéticos que se puedan estar ocasionando
en las personas vulnerables, para que ellas y las empresas tomen
oportunamente las medidas preventivas necesarias para conservar el
bienestar ‘genético', en vez de esperar a que aparezcan los síntomas,
las incapacidades y se deban iniciar tratamientos médicos".
{* title=Bandeo de cromosomas}
Bandeo de cromosomas
Pero
estos y otros estudios no serían posibles de no ser por una de las más
importantes contribuciones que este científico ha hecho a la comunidad
internacional de su rama. Se trata de su aporte al "Sistema de
Identificación Cromosómica Internacional" (ISCN, por sus siglas en
inglés), el cual permitió estandarizar la manera como se distinguen los
cromosomas humanos.
Este sistema, que se conoce como "Bandeo
Replicativo Tipo RBHG", se adoptó mundialmente en 1995 tras demostrarse
su eficacia en la marcación de cromosomas, detección clara de
síndromes, así como herramienta útil para el descubrimiento de nuevos
genes.
El sistema funciona con base en el uso de reactivos que
detectan la replicación de DNA y hacen aparecer bandas o zonas oscuras
y claras en cada cromosoma. Esto permite diferenciarlos a partir de los
patrones de coloración de excelente resolución y definición que además
resultan inequívocos.
"Al observar que falta una banda o hay
alguna alteración en la forma del cromosoma, se sabe que hay algún
problema físico o un síndrome, por ejemplo, y se puede estudiar a nivel
molecular en la secuencia del DNA", explica Camargo.
Sin duda
alguna, el desarrollo del ISCN es de las mayores satisfacciones de este
científico colombiano, quien hiciera una maestría y un doctorado en la
Universidad de Minnesota, USA, entre 1976 y 1981.
{* title=Mutación al descubierto}
Mutación al descubierto
Pero
esta es no el único resultado científico por el cual se siente muy
orgulloso. Entre sus contribuciones se cuenta el descubrimiento en
Colombia, de un nuevo gen para la especie humana. La alteración de este
gen llamado CDPM, o proteina morfogénica derivada de cartílago, se
expresa como un trastorno del crecimiento. El síndrome, registrado en
dos hermanos de la región del Chocó, se manifestaba en la carencia de
antebrazos y de las partes homólogas en las piernas. De tal forma, las
manos parecían salir de los codos y los pies de las rodillas.
"Nunca
le hice publicidad al caso para proteger la identidad de las personas y
evitar el sensacionalismo de la prensa, a pesar de haber sido un nuevo
gen y el primero descubierto en Colombia", cuenta el científico.
Este
hallazgo ocurrió durante un paseo de Camargo por la región con uno de
sus más cercanos amigos y colegas, el checoslovaco Jaroslav Cervenka,
quien había sido su tutor en Estados Unidos. En posteriores traslados
al lugar, hicieron los exámenes necesarios para publicar posteriormente
sus observaciones en la prestigiosa revista Nature en 1996.
Camargo
y Cervenka concluyeron que se trataba de una mutación recesiva. Cinco
años después, el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NHI) se
interesó en el caso, ya que vieron la similitud entre dicha
mutación y una que hasta entonces sólo se había presentado en ratones.
La gran homología evolutiva que existe entre los mamíferos, también
ayudó al descubrimiento.
"La historia tuvo un final feliz no
sólo por tratarse de algo nuevo para la ciencia sino que, como
descubrimos que era un gen recesivo, pudimos advertir a los afectados
para que evitaran reproducirse entre familiares y así la malformación
no aparecería otra vez. Hoy en día ambos hermanos llevan una vida
normal y tienen hijos sanos".
{* title=Vocación genética}
Vocación genética
Por
sus aportes al desarrollo de la genética en Colombia, Mauricio Camargo
ha recibido en varias ocasiones altas distinciones científicas en
Colombia y de la Universidad de Minnesota. Además, la Universidad de
Antioquia, donde desarrolla su actividad, le concedió la Orden al
Mérito Universitario en 1997 y el Premio a la Investigación en 1992. En
esta institución fue cofundador en 1987 de la maestría en Genética y en
1999 del programa de doctorado.
Como comenta el
investigador, "hoy en día contamos con instalaciones que están a
la altura de las que conocí cuando estudié en la Universidad de
Minnesota, que es una de las mejores de Estados Unidos. En
Colombia son pocos los genetistas, pero son muy buenos y originales. De
todas formas, todavía nos hacen falta más recursos porque los montajes
son muy costosos".
Con Camargo trabajan inquietos estudiantes de
pregrado, maestría y los primeros de doctorado, que van de un lado a
otro en su laboratorio. Esto también lo llena de satisfacción, al ver
lo mucho que se ha avanzado desde aquellos días en que él era un
monitor que soñaba con investigar la genética humana. Hoy esas
ilusiones y su curiosidad insaciable guían el camino del grupo por el
mundo de los genes y los cromosomas.