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Científicos de la U. Nacional sacarán provecho de la basura arbórea

Publicado, 18-05-2009

Investigadores de la Universidad Nacional de Colombia están empeñados en sacar partido de lo que hasta ahora se trata como ‘basura arbórea’, es decir, residuos de la poda de árboles, de individuos ajados por el tiempo o venidos a menos, como consecuencia de daños mecánicos o de enfermedades y bichos que afectan su consistencia, y de la grama proveniente de la rocería.

Científicos de la U. Nacional sacarán provecho de la basura arbórea
El Grupo de Proyectos de Extensión del Departamento de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín, se dedica en una primera fase a la caracterización de los productos de actividades silviculturales en individuos y especies arbóreas sembrados en el área urbana de Medellín y los municipios aledaños.

En convenio con el Área Metropolitana del Valle de Aburrá y con un presupuesto de 300 millones, destinarán 10 meses a garantizar que la ‘basura arbórea’ no haga parte del paisaje y, en cambio, plantear que los restos de árboles se aprovechen con fines biológicos, ornamentales y de amueblamiento, entre otros.

En Medellín y el Valle de Aburrá se estima que anualmente se generan, por lo menos, 4.000 toneladas de hojas, tallos y ramas por el trabajo de poda y recorte de árboles. Por eso, el investigador y director de Proyectos de extensión de Ciencias Forestales, Óscar Andrés Sáenz Ruiz, señala que a largo plazo el trabajo busca que se establezcan plantas de compostaje; se formulen estrategias para garantizar la reutilización arbórea y nuevas políticas para la siembra de individuos y sus especies.

Por ahora se busca asegurar una Guía Metodológica Metropolitana para el aprovechamiento integral de productos de tala, poda y rocería.

“Trabajamos en el diagnóstico del material y los términos cuantitativos. Esta información georeferenciada se compara con la establecida por el Plan Maestro de Espacios Públicos Verdes, realizado en 2005. Se espera así, conocer sobre los volúmenes que produce la región metropolitana de esta clase de residuos”, explicó el profesor Sáenz.

El científico explica que en corto plazo reducir el volumen de ‘basura arbórea’ es incluir como mecanismo el ‘chipeado’ o trituración del material para generar un producto acondicionador de suelos, que se pone directamente sobre los árboles y con el cual se facilita la fertilización y se mejoran sus propiedades.

El chipeado puesto alrededor de los individuos evita, además, los llamados ‘anillos’ o heridas que sufren los árboles al ser rozados por las guadañas en los procesos de rocería. En cambio, se genera un tapete visual de colores que se logra con colorantes naturales que embellecen el paisaje.

Por su parte, el profesor Rodolfo Parra Sánchez explicó que una meta a largo plazo es solucionar el problema de la ‘basura arbórea’ mediante una infraestructura de plantas de compostaje que deberán ubicarse estratégicamente en los municipios de La Estrella, Envigado, Caldas, Girardota y Bello.

Las plantas de transformación de ‘basura arbórea’ serían soluciones para un problema no visible para muchos, pero que es preocupante: En Medellín, entidades como EPM deben hacer más de 5.000 podas de árboles al año para que éstos no dañen redes y líneas telefónicas; el Tránsito Municipal debe vigilar constantemente los árboles anclados en los separadores de vías, para garantizar visibilidad; e igualmente, los constructores, evitar que los árboles se conviertan en un problema para los complejos urbanísticos.

En el Valle de Aburrá se producen por lo menos 10.000 toneladas de ‘basura arbórea’ por año, y gran parte de este material se dispone en las carboneras, que las usan para generar materiales combustibles en sus procesos; pero esta realidad debe cambiar para evitar que los restos de falsos laureles, acacias, guayacanes, tulipanes africanos, especies de mayor siembra en la ciudad, terminen convertidos en fuentes contaminantes.

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U. Nacional Medellín, UN laboratorio arbóreo
Con la investigación sobre qué hacer con los restos de árboles, ‘basura arbórea’, la Universidad Nacional de Colombia se convierte en la primera entidad en el país en abordar el problema del residuo arbóreo urbano.

La meta es completar la cadena de siembra, manejo, cuidado de los árboles aprovechando la riqueza natural de la Universidad Nacional en esta capital.

“Sumados los campus, la Universidad tiene una reserva arbórea o arboretum, superior a las 230 especies. Es decir, solo en los terrenos de la UN en Medellín se tiene una cantidad similar a la que se presenta en el Área Metropolitana”, dijo el profesor Rodolfo Parra Sánchez.

“Tenemos más especies diversas que el Valle de Aburrá, parecemos un jardín botánico en cuanto a la biodiversidad y se está capacitando a profesionales en silvicultura urbana”, añadió el profesor Parra, al referir que este laboratorio natural permite a los investigadores adelantar el análisis de las 50 especies de mayor siembra en los municipios del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.

También al estudio sobre cuánto carbono proveniente de los gases vehiculares retienen los árboles y cuáles especies son más recomendables en este proceso.

Finalmente, los investigadores de la UN en Medellín consideran que es necesario mayor énfasis en los fundamentos para el establecimiento arbóreo en la ciudad. No basta solo con definir cómo salir de los restos de árboles en la ciudad. Se trata de que exista un criterio técnico en el proceso de siembra y planificación arbórea y de silvicultura urbana, para asegurar que los árboles plantados en la ciudad no se conviertan en un riesgo.

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