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Gasificador amigo del ambiente es propiedad de las universidades

Publicado, 10-11-2008

Las Universidades Nacional, de Antioquia, y Pontificia Bolivariana de Medellín comparten patente de un gasificador combustor que consume poco carbón y reduce la emanación de azufre durante la producción

Gasificador amigo del ambiente es propiedad de las universidades
Después de cuatro años de investigación y trabajo continuo, investigadores de estas tres instituciones de Medellín obtuvieron el mejor estimulo para seguir trabajando en proyectos conjuntos, la patente de trabajo investigativo al que se le ha invertido todo.

La Superintendencia de Industria y Comercio otorgó la patente, al considerar que este registro científico cumple con las condiciones de innovación y desarrollo tecnológico y que el derecho de propiedad intelectual, generado por los investigadores participantes, puede ser usado por terceros, solo bajo la autorización de las universidades.

“Es una patente de modelo de utilidad, que empezó a gestionar desde hace cuatro años (…) la idea es que el diseño se venda a otras empresas, incluso ya empezamos a recibir propuestas de empresas de cerámicas interesadas en implementar el diseño de este gasificador en sus compañías”, explicó Érika Arenas, docente del Instituto de Energía y Termodinámica de la Universidad Pontificia Bolivariana.

La primera empresa en ‘estrenarlo’ es la Ladrillera San Cristóbal, que utiliza esta innovación de sello universitario, en el secado de ladrillo para fachada, principalmente.

La alianza y el sentido visionario del gerente de la Ladrillera, Luis Carlos Cuartas Palacio, fueron determinantes para lograr que el gasificador y la patente, sean una realidad. El compromiso de esta empresa, que permitió el estudio y la puesta en funcionamiento, compensa los esfuerzos emprendidos por los investigadores.

Luego de varios años de ensayo y error, “ahora el gasificador tiene mayoría de edad porque lleva muchos años, es muy eficiente y muy bueno para operar. El proceso es más económico, eficiente y mucho más limpio. Además, mejoró la calidad porque los ladrillos no tienen manchas o son muy pocas y el secado es muy parejo”, dijo el gerente.

Explicó que esta ladrillera tiene la capacidad de fabricar al día 300 toneladas, anteriormente producía solo con carbón y con una quema directa en una parrilla, lo que generaba manchas en muchos de los ladrillos porque caían partículas sobre ellos. Ahora, hay menos manchas y el gasificador ‘made in Universidad’ lleva más de 26 mil horas sin problemas técnicos.

Lograr que el gasificador sea tan eficiente requirió más de una década. Desde finales de 1995 inició la primera fase del proyecto de investigación interuniversitario, destacó Carlos Arturo Londoño, docente de la Facultad de Minas. Luego de un proyecto piloto, los investigadores de las tres instituciones tuvieron un reto: pasar a escala industrial.

“No fue sencillo encontrar quién diera la posibilidad y apoyo económico, esto fue gracias al sentido visionario de la Ladrillera San Cristóbal. La empresa y las tres universidades logramos desarrollar un equipo que hoy tiene la capacidad aproximada de 120 kilogramos hora, además de unos ahorros del 50 por ciento del carbón que estaban consumiendo para el proceso de secado”, dijo Londoño.

Según Érika Arenas, en el caso de la ladrillera, esta innovación permite que se obtenga un ladrillo con una calidad más adecuada a los requerimientos del mercado para la exportación y que, además, tenga aflicción para otros secados industriales, calderas y hornos cerámicos. También se puede utilizar para generar vapor, energía mecánica y eléctrica. Así lo corroboró Farid Chejne, al mencionar que esta innovación no solo funciona con carbón, de hecho también puede hacerlo con biomasa.

“Puede funcionar con cisco de café o cascarilla de arroz. Incluso, la ladrillera en tiempo de alzas de los precios del carbón utilizó biomasa sólida y funcionó perfectamente”.

“El gasificador, de seis metros de altura, es una planta de demostración lista para comercialización. Como una alternativa de uso del carbón, que permite tener ciertos controles ambientales y eliminar cenizas volantes”, explicó Fanor Mondragón, de la Universidad de Antioquia.

Para los investigadores, el hecho de que tres universidades trabajen juntas y logren este tipo de patentes, no solo demuestra los logros de un trabajo interdisciplinario, sino lo que se puede lograr con el apoyo empresarial. Además, representa un estímulo para continuar con el desarrollo de otros proyectos relacionados con el diseño y comercialización de gasificadores.

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