Publicado, 02-10-2005
Ayudar a quienes no pueden concebir de manera natural es la misión que
Elkin Lucena Quevedo, médico gineco-obstetra nacido en Medellín, ha
trazado para su vida. Es el genio detrás de la primera inseminación
artificial exitosa en América Latina y es el director y fundador del
Centro Colombiano de Fertilidad y Esterilidad (Cecolfes) donde realiza
investigaciones pioneras en criopreservación y células madre.
Perfil elaborado en agosto de 2005
El profundo interés de Elkin Lucena por la investigación nació gracias
a su formación inconforme e inquisitiva frente al statu quo, su
espíritu crítico y su actitud constante por sugerir mejores formas de
vida. Él no comparte la idea de que el ser y las ideas permanezcan
iguales, sin cambio alguno, y por eso cuando ingresó a la universidad
para estudiar medicina, continuó con esa misma inquietud por innovar no
solo en el campo científico sino también en el político.
En aquellos años universitarios militó en las juventudes liberales
revolucionarias y fue partidario de la Revolución Cubana y de las ideas
de Ernesto "Che" Guevara. Desde entonces mantiene como visión
transformar la razón de las cosas de manera profunda e intensa. Al
terminar su especialidad en gineco-obstetricia en el Hospital San
Ignacio de la Universidad Javeriana de Bogotá, pasó a trabajar como
médico gineco-obstetra general en el Hospital Militar de esta ciudad.
Durante este tiempo, más de 10 años, vio la necesidad de trascender la
"simple" atención de nacimientos y de hacer nuevas vidas con métodos
recién descubiertos.
{* title=Una mano a la reproducción}
Una mano a la reproducción
Era 1972 cuando Elkin Lucena sintió ese cambio de percepción. Tomó
entonces la iniciativa sobre su trabajo y su vida, y se decidió a
introducir técnicas de inseminación artificial, una nueva forma de
asistir a familias y personas con problemas para procrear. De esta
manera comenzaron las pruebas con semen de un donante, lo que hizo que
arreciaran críticas de todas las facciones del país: abogados, la
Iglesia Católica y hasta sus propios colegas, quienes tuvieron
objeciones al respecto. Algunos afirmaron que patrocinaba el adulterio
y la desintegración familiar, que además con sus ideas científicas
atacaba la moral religiosa y las leyes humanas.
Elkin Lucena considera que la medicina debe ser polémica y abierta, y
eso lo animó a experimentar desde 1976 la laparoscopia como técnica
quirúrgica de fertilidad. Hacia 1983 se practicaron las pruebas
iniciales hasta que dos años después logró el primer gran triunfo: a
las 8:35 p.m. del 10 de enero nació Diana Carolina Méndez, la primera
bebé probeta latinoamericana. Un año después, en 1986, se logró el
primer nacimiento de embrión congelado de Colombia y Latinoamérica.
Éste fue el momento definitivo que permitió el avance de la
investigación en reproducción asistida en Colombia, ya que se crearon
nuevas asociaciones científicas relacionadas con el tema, se
conformaron programas académicos, talleres y cursos en estas técnicas
impartidos a profesionales nacionales y extranjeros que iniciaban su
labor en tales áreas.
Es así como el Centro Colombiano de Fertilidad y Esterilidad
(Cecolfes), fundado y dirigido por Elkin Lucena, mantiene un
intercambio permanente de información con países como China, Japón,
Estados Unidos, Francia e Inglaterra, entre otros, generando
transferencia directa de conocimiento y de tecnología con nuestro país.
En las últimas dos décadas han venido a Colombia expertos para
dictar cursos y conferencias altamente especializados en microcirugía
ginecológica, inducción a la ovulación femenina, criopreservación y
temas de implantación de óvulos fertilizados. Todo ello para consolidar
el trabajo de los investigadores colombianos.
La experticia del doctor Lucena fue corroborada por el científico
norteamericano Stanley Leibo, investigador de la Universidad de New
Jersey, quien actualmente trabaja en técnicas de criopreservación de
óvulos y ha sido uno de los invitados de Cecolfes para compartir
conocimiento. Leibo no sólo respalda las labores realizadas, sino que
además vio en el país avances que aún no se habían desarrollado en los
Estados Unidos hace algunos años.
Cecolfes es reconocida como la institución más importante de América
Latina en el tema de la fertilidad y es considerada como una de las 10
más avanzadas del mundo. En la actualidad, han pasado de la enseñanza
en técnicas de reproducción a la producción de equipos especializados.
"Colombia entra en el proceso de exportar ciencia, ya no es necesario
cruzar nuestras fronteras en busca de dichos métodos sino que se
imparte la formación y tecnologías para ser aplicados en otros países",
afirma el especialista.
{* title=Oportunidad de vida}
Oportunidad de vida
El trabajo que por más de treinta años ha desarrollado Lucena en
fertilidad asistida, sumado a otros avances más recientes, arroja
cifras contundentes. El grupo ha atendido por lo menos 2.000
nacimientos exitosos, con una clara tendencia al aumento de la
aplicación de dichos procesos. Con su equipo de embriólogos e
inmunólogos, ha logrado que mujeres menopáusicas sean madres y ha
implantado por primera vez en el país la técnica belga Icsi, mediante
la cual es posible lograr embarazos inyectando directamente el
espermatozoide en el citoplasma del óvulo.
El dinamismo de las disciplinas científicas hace que, a medida que se
alcanzan descubrimientos y se avanza en el desarrollo de estos métodos,
aparezcan nuevas inquietudes y retos. En el caso de Cecolfes, los temas
que constituyen los ejes de los proyectos en que trabajan en la
actualidad son, por un lado, la criopreservación y el diagnóstico
pre-implantación, que consiste en prevenir enfermedades genéticas antes
del embarazo; por otra parte, de una forma tímida, la investigación con
células madre embrionarias, que son aquellas que se desarrollan en las
primeras fases de la gestación y que los organismos adultos mantienen
en reserva y pueden utilizarse para reparar daños en los tejidos. En
tercer lugar, trabajan en el desarrollo de métodos para contrarrestar
la vejez.
Para Lucena, las ciencias criobiológicas cambiarán a la humanidad, ya
que todas las células animales y vegetales podrán ser congeladas
utilizando nitrógeno líquido a una temperatura de menos 196 grados
centígrados para "criopreservarlas". De tal forma, el hombre puede
preservar su semen, las mujeres sus óvulos, lo cual también puede
hacerse con especies en vía de extinción. Gracias a ello, se ganará una
batalla contra la muerte.
A pesar de que no ha sido fácil trabajar en Colombia porque la
legislación no tiene reglamentada las prácticas de fertilización
asistida ni de investigación en células madre, Lucena mantiene la
esperanza de que el Estado comprenda la importancia que es darle a la
vida una oportunidad en pro del desarrollo del país. Hoy día cursan dos
proyectos de ley que intentan reglamentar estas prácticas para así
terminar de consolidar una labor que en otras partes del mundo arroja
importantes resultados.
{* title=Más que un padre}
Más que un padre
Elkin Lucena ha merecido el reconocimiento mundial por su trabajo.
Es miembro y fundador de un sinnúmero de sociedades científicas
nacionales e internacionales, director científico de los Grupos
Colombianos de Medicina Reproductiva (Grucolmer) y miembro fundador del
Internacional Fertility Group (IFG), de Miami, Florida. Entre otros, ha
recibido la Orden de la Democracia por parte del Congreso colombiano en
el 2004 y el título Honoris Causa en medicina de la Universidad San
Martín de Colombia en octubre de 2003.
Más allá de los premios, cuenta entre sus mayores satisfacciones haber
logrado la concepción y el nacimiento de dos hijos varones en madres
con hemofilia y el primer niño en Latinoamérica libre de fibrosis
quística, una enfermedad genética que se transmite mediante los genes
de padres a hijos y se caracteriza por una disfunción de las glándulas
exocrinas del organismo, que son las sudoríparas, bronquiales,
hepáticas, salivales, pancreáticas e intestinales. Se transmite
sólo si ambos padres son portadores de la misma.
De esta manera el doctor Lucena se ha convertido en la esperanza para
miles de personas que veían truncadas la felicidad de tener un hijo o
de verlo nacer saludable. Su constancia, entrega y vocación de servicio
lo han llevado a ser el "padre científico" de niños que, sin su
asistencia, no hubieran visto la luz.