Publicado, 16-03-2006
Miguel Urrutia Montoya, economista de Harvard, profesor de la
Universidad de Los Andes, de la Universidad Nacional de Colombia y
exgerente del Banco de la República es uno de los especialistas en
temas tributarios más prestigiosos del país. Sus propuestas han sido
fundamentales para definir el porvenir monetario nacional y sus
enseñanzas son la base sobre la cual los jóvenes construyen su propio
pensamiento.
Perfil elaborado en diciembre de 2005
El interés de Miguel Urrutia Montoya por los sistemas tributarios se
consolidó en 1961 cuando presentó su tesis de pregrado de economía en
la Universidad de Harvard. Este trabajo académico tenía como objeto
estudiar el sistema de impuestos en Japón, país que siempre le ha
apasionado por su cultura y capacidad de desarrollo económico y social.
Cuatro años atrás, en 1957, había obtenido el título de bachiller cum
laude del Portsmouth Priory School de Rhode Island, iniciando así su
exitosa trayectoria académica. Para este bogotano, nacido en 1939, la
decisión de estudiar economía surgió de su convicción de que es un
campo en el cual "hay muchas oportunidades de contribuir para mejorar
el bienestar de la gente".
Tras su paso por Harvard, ingresó a la Universidad de California en
Berkeley gracias a una beca de la Fundación Rockefeller y motivado
especialmente por la presencia en esa institución de varios
especialistas en el país nipón. En 1967, cuando recibió el título de
magíster y de doctor en economía, ya era profesor en la Universidad de
Los Andes en Bogotá. Como académico, llegó a ser vicerrector de la
Universidad de las Naciones Unidas en Tokio de 1981 a 1985. Su
pensamiento económico está plasmado en más de 17 libros y en los
artículos que publicó durante 15 años en la Revista del Banco de la
República.
En la década de los años sesenta, también inició su carrera
administrativa, en la cual se destaca haber sido Director de Estudios
Socioeconómicos de la Corporación Autónoma Regional (CAR) en 1962,
cuando tenía 23 años de edad; posteriormente se desempeñó como
Secretario General del Ministerio de Hacienda entre 1967 y 1969,
Subgerente Técnico del Banco de la República de 1970 a 1974, Jefe del
Departamento Nacional de Planeación de 1974 a 1976, Ministro de Minas y
Energía en 1977 y Director Ejecutivo de Fedesarrollo entre 1978 y 1981.
En 1985 fue nombrado Gerente del Departamento de Desarrollo Económico y
Social del Banco Interamericano de Desarrollo en Washington.
Uno de los más altos cargos que ha desempeñado en Colombia es el de
Gerente del Banco de la República, posición que ocupó de 1993 a 2004.
Desde dicha entidad apoyó y fortaleció actividades y espacios
culturales públicos como el Museo de Arte y la Colección Botero, la
Biblioteca Luis Ángel Arango, el Museo del Oro, la Casa de la Moneda y
las sucursales culturales regionales en todo el país.
{* title=Entender la economía}
Entender la economía
Sus investigaciones sobre la economía colombiana y su vasta experiencia
profesional, le han permitido cultivar un pensamiento optimista sobre
el país, el cual no duda en inculcar en sus estudiantes. "En la
actualidad creo que pasamos por un período de pesimismo injustificado.
Se ha dicho por observadores muy autorizados que en Colombia no hay
democracia porque hay mucha pobreza y una mala distribución del
ingreso. Yo he sostenido que precisamente por haber democracia hay
posibilidad de que poco a poco tengamos una sociedad con más equidad",
señaló en el discurso que pronunció cuando le fue otorgado el doctorado
Honoris Causa de la Universidad de Los Andes en septiembre de 2005.
El origen de este pensamiento optimista puede rastrearse desde su
primera investigación, desarrollada en 1962 en el Centro de Estudios
sobre Desarrollo Económico de la Universidad de Los Andes (CEDE). Se
trató de un trabajo pionero en el país, pues consistió en realizar las
primeras encuestas sobre desempleo en Colombia. "Todo eso se ha
desarrollado mucho ahora y permite conocer la calidad de vida de la
gente con más exactitud", indica. Posterior a este estudio, viajó a
California para hacer su doctorado y eligió como tema para su tesis de
grado la historia del sindicalismo colombiano, en la que concluyó que
"el movimiento obrero en esa época contribuía a la democracia, cosa que
no era el caso en otros países del continente".
Siendo Secretario General del Ministerio de Hacienda fue designado por
el presidente Carlos Lleras Restrepo para coordinar la Misión Musgrave
de Reforma Tributaria. Las recomendaciones de dicha comisión suponían,
como él mismo explica, "financiar un gasto público que garantizara la
educación para todos y las necesidades de infraestructura para
modernizar la economía y por lo tanto eran bastante radicales en
términos de aumentos en impuestos". Con el tiempo y durante los
gobiernos de Misael Pastrana y Alfonso López, dichas recomendaciones se
convirtieron en las leyes que rigieron el sistema tributario colombiano.
A principios de los años setenta, ya como miembro del Banco de la
República, cuantificó la distribución del ingreso en Colombia, dato que
era inexistente hasta entonces. En 1975, publicó un libro con los
primeros estimativos de la distribución del ingreso, la cual resultó
ser de las más inequitativas en comparaciones internacionales. Una de
sus conclusiones fue que mejorar la distribución de la educación y
aumentar su cobertura, corregiría la distribución del ingreso.
"La mayoría de los estudios recientes sobre la situación social en
Colombia muestran un mejoramiento significativo en las condiciones de
vida de la mayoría de la población en las últimas décadas. Sin embargo,
paralelamente a la mejoría en la distribución del ingreso, los
salarios, las condiciones de vivienda y la educación, infortunadamente
se han deteriorado otros indicadores de bienestar social como las tasas
de criminalidad y los índices de violencia política", explica.
En su opinión, los frutos de las reformas económicas del país han sido
exitosos, sobre todo desde que la Constitución de 1991 estableció un
banco central independiente con la misión de mantener el poder de
compra de la moneda nacional. "Mientras estuve en el Banco de la
República la inflación se redujo de 32 por ciento al año a 5,5 por
ciento".
Sin embargo, anota que el rezago en el desarrollo de las instituciones
de justicia, en los mecanismos de participación política, sumado a las
crecientes tasas de violencia e impunidad, afectan la calidad de vida
de los ciudadanos colombianos, a pesar del crecimiento de la producción
posible gracias a "un ambiente de más estabilidad que en cualquier otro
país de América Latina".
{* title=Educación, base del progreso}
Educación, base del progreso
Miguel Urrutia Montoya es un educador por naturaleza, lo que explica su
temprana y permanente vinculación con la academia. Para él, haber
aportado al desarrollo de otros investigadores es una de sus mayores
satisfacciones personales y ve en sus estudiantes la esperanza para que
Colombia siga por una ruta de transformación y progreso, tanto en el
ámbito público como privado.
El gran reto, en su opinión, no solo es aumentar el número de personas
capacitadas, sino también mejorar constantemente los patrones y
metodologías de enseñanza, así como la profundidad de los
conocimientos. En el caso particular de la economía, los progresos se
manifiestan en el gran número de publicaciones en revistas científicas
de calidad internacional escritos por colombianos y en la creciente
aceptación de los aspirantes nacionales por parte de las mejores
universidades del mundo.
"Es esencial motivar a los estudiantes a realizar búsquedas empíricas
de información para contribuir al beneficio común y que sus trabajos de
indagación sean fácilmente entendibles por personas no expertas, es
decir, que estas obras utilicen todo el instrumental de la teoría
moderna para que sus conclusiones y recomendaciones estén al alcance de
la población en general y logren ser aprendidas o aplicadas".
Fuera de la academia, los impuestos, los asuntos fiscales o monetarios
otra de las constantes de su vida ha sido el gusto por el arte, en
especial el contemporáneo, del cual es un experto conocedor. Con la
misma claridad y equilibro que asume en sus estudios económicos, se ha
internado con mística en el universo de la estética e incluso ha sido
curador de varias exposiciones. Gracias a su visión integral, el doctor
Urrutia seguirá infundiendo en los demás el optimismo que siempre lo ha
caracterizado para lograr los cambios que requiere nuestro país.