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Microválvula para controlar el glaucoma

Publicado, 22-10-2007

Hasta hoy la enfermedad se controlaba con cirugías reiteradas y el implante de válvulas fijas. Pero un nuevo sistema ideado en la UNL propone una solución "inteligente" que no daña el ojo. El invento ya fue patentado y premiado en Innovar.

Microválvula para controlar el glaucoma
Un nuevo invento argentino podría llegar a ser clave en el tratamiento del glaucoma, una enfermedad del ojo que afecta al 4% de la población argentina y es la segunda causa de ceguera en todo el mundo. Se trata de una microválvula inteligente que evitaría recurrir a la cirugía para solucionar el mal.

El invento, ya patentado y ganador del premio Innovar 2007 en el área de investigación aplicada, fue desarrollado por científicos de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). El dispositivo, que mide sólo 7 milímetros, posee un sistema que lo vuelve capaz de "amoldarse" a la estructura del ojo sin dañarlo, controlar su presión y drenar líquido cada vez que haga falta. La idea es evitar que la persona llegue al quirófano.

El glaucoma se genera a partir de una elevada presión ocular, que se traduce en una producción excesiva de líquido que el ojo no puede absorber y que presiona al nervio óptico, lo que lleva (en casos extremos) a la ceguera.

Las actuales cirugías se encargan de drenar ese líquido que el ojo produce en exceso, ayudadas por válvulas que se implantan en el globo ocular con algunos engorrosos inconvenientes, como su tamaño excesivo (miden 15 milímetros) y una estructura fija, que provoca desde molestias constantes hasta hemorragias, fibrosis y otras consecuencias indeseables.

"Nuestra idea fue optimizar las válvulas corrientes de dos maneras: hacerlas más chiquitas, para que provoque el menor movimiento posible en el tejido y crear un sistema inteligente que supere a las actuales válvulas fijas", indicó Fabio Ariel Guarnieri, investigador de la UNL y el Conicet y docente de la Facultad de Bioingeniería de la Universidad Nacional de Entre Ríos (Uner).

El trabajo fue realizado por un grupo de investigadores del Centro Internacional de Mecánica Computacional (Cimec-Intec), dirigido por Guarnieri también colaboraron científicos del Laboratorio de Física de Semiconductores del Instituto de Catálisis y Petroquímica (Intec). El pasado 4 de octubre ganaron un Premio Innovar, que otorga la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación (Secyt), en la categoría "investigación aplicada".

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El tamaño es lo de menos
A la hora de juzgar las nuevas tecnologías, habitualmente se cae en una gran tentación: si es más chico, debería ser "más novedoso". Sin embargo, las microválvulas agregan otro valor fundamental al tamaño final del dispositivo.

"Uno podría hacer una válvula más chiquita que drene mal", dijo Guarnieri, para dar por finalizado el mito. "En realidad son ambas cosas: el tamaño junto con un sistema eficiente de control, que no existe -agregó-. Hoy no existe una electroválvula para glaucoma, y eso es lo más novedoso de este trabajo".

El sistema funcionaría más o menos así: la microválvula que se implanta en el ojo tiene dentro un sensor de presión (capaz de controlar la presión del ojo) y un chip. Esa microválvula se conecta por radiofrecuencia con un aparato externo, que podría estar incorporado a algún artefacto que maneje el oftalmólogo o simplemente a un par de anteojos que lleve puestos el paciente en cuestión.

De esta manera, puede medirse la presión ocular y cambiar la apertura de la válvula -según deba drenarse más o menos líquido- sin necesidad de recurrir a nuevas cirugías. Actualmente, las válvulas que se implantan en el globo ocular son fijas y hacen falta cirugías periódicas para ajustarlas según la presión ocular y las necesidades médicas.

"Actualmente, con el uso de válvulas corrientes, el oftalmólogo hace constantes reoperaciones la idea es que en este caso ni siquiera se toque y se controle externamente", aclaró Guarnieri.

El grupo ya diseñó un prototipo de las microválvulas y lo patentaron. Sin embargo, todavía están trabajando en el sistema electrónico, del que dependerán las características finales del aparato. "Tenemos que definir si la electrónica que vamos a diseñar va a estar integrada dentro de la válvula o si va a haber una parte afuera es una cuestión también operativa", dijo Guarnieri.

Un mal que aparece en la adultez
El glaucoma es una enfermedad muy común, que se produce cuando la presión del ojo es excesivamente alta. Esa presión alta genera un daño progresivo del nervio óptico, y cuando lo destruye por completo la ceguera es inevitable.

Generalmente, la enfermedad se manifiesta en personas mayores de 40 años, es hereditaria y solamente puede prevenirse con visitas periódicas al oculista. En este sentido, el glaucoma tiene una característica muy peligrosa, que es la casi inexistencia de síntomas: cuando aparecen, es porque seguramente la enfermedad ya produjo daños irreversibles.

La enfermedad es progresiva, y generalmente en estadios iniciales puede manejarse con medicación adecuada. Sin embargo, cuando dejan de funcionar se recurre a cirugías filtrantes, que drenan el exceso de líquido producido en el ojo por el aumento de la presión.

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