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Actualidad de ciencia

Reflexiones sobre la profesión del Periodismo científico

Publicado, 12-02-2007

Sabe por qué y cómo funciona el microondas, cómo le afecta el calentamiento global, que importancia tiene que se encuentre una nueva especie animal, qué repercusión tiene en la economía el fenómeno de los desplazamientos forzados, estas son algunas de las temáticas que aborda el periodismo científico como parte de la cotidianidad.

Reflexiones sobre la profesión del Periodismo científico
A propósito del día del periodista que se celebró el pasado viernes 9 de febrero, se indagó con periodistas y académicos colombianos sobre la relevancia de la información científica en los medios, y la necesidad de que sean los periodistas especializados en estos temas los que cubran dicha información desde los medios.

“Para la Academia y, de una u otra manera, los medios de comunicación, el tema de la ciencia no es atractivo”. Con estas palabras de Daniel López Jiménez, director del Programa de Comunicación Social y Periodismo de Universidad de La Sabana, se puede resumir la problemática del periodismo científico en Colombia.


¿Qué opinan los medios?

Adriana Garzón, editora de la sección Vida de Hoy de El Tiempo que agrupa los temas de Salud, Educación, Viajes y Turismo, Iglesia, Infancia, Ciencia y Tendencias, explicó que cada periodista maneja diferentes fuentes y debe tener la capacidad de tratar incluso los temas científicos. Por ejemplo, la persona que cubre salud, un campo tan amplio en cuanto a temáticas, puede trabajar tanto contenidos científicos, como de políticas estatales, combinados con tópicos de la salud cotidiana. “Sin embargo, a mí sí me parece que debería haber una persona dedicada a ciencia, porque son muchísimos los desarrollos que llegan todos los días”, aclaró.

En esa misma línea, Garzón indicó: “Tenemos muchas agencias proveedoras de información más que todo internacional. Para la ampliación de los temas, procuramos contactar directamente a los investigadores aunque esto muchas veces es difícil por barreras de idioma, la terminología y el tiempo. Si este contacto no es posible, nos quedamos con lo que dice el cable y consultamos revistas especializadas con reconocimiento dentro de la comunidad científica. En el caso de Colombia, trabajamos con las universidades, los laboratorios médicos y científicos que, generalmente, tienen oficinas de prensa, así como el boletín de la Agencia de Noticias de Ciencia y Tecnología de Colombia”.

Es evidente que el cubrimiento de temas científicos exige una especialización por parte de los periodistas, ya que se trata de un campo muy amplio que maneja también dinámicas distintas a las de los medios de comunicación tradicionales. La falta de este tipo de formación hace que muchas veces estos temas no sean tratados y sea más fácil acudir a la información brindada por las Agencias (en su mayoría internacionales) y que las noticias publicadas se limiten a las investigaciones que arrojan resultados espectaculares o, en el caso colombiano, que sean realizadas por científicos de renombre como Manuel Elkin Patarroyo o Rodolfo Llinás, por ejemplo.

Liseth Sayago, productora de “Mente Nueva”, uno de los pocos programas nacionales sobre ciencia que se emite por Señal Colombia, indicó que “en la televisión colombiana no se hace casi producción científica y por eso los modelos que existen son los de televisión comercial o los de televisión pública. Pero esos modelos son totalmente mercenarios con el tiempo. Ha sido muy difícil que se entienda la dinámica que tiene la televisión científica, afortunadamente, tanto la Universidad Nacional como Colciencias, sí lo han entendido y los han apoyado mucho”.

La producción de cada programa de “Mente Nueva” dura aproximadamente diez semanas y este lapso de tiempo puede alargarse de acuerdo con la disponibilidad de los investigadores. “Son dinámicas muy distintas que requieren de una rigurosidad que solamente da el tiempo. Al conocer el trabajo de los investigadores, sabemos que ellos no tienen la disponibilidad inmediata y muchas veces nos toca adaptarnos a su ritmo”, agregó Sayago.

{* title=La disposición de los científicos a divulgar}
La disposición de los científicos a divulgar

De acuerdo con Lorena Ruiz Serna, coordinadora editorial de la Revista Innovación y Ciencia de la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia (ACAAC), en la divulgación científica existen dos perspectivas y es necesario crear conciencia en ambas partes: Una es la del investigador: “yo nací ahí, soy microbióloga y trabajé en los laboratorios durante cinco años y noté que, definitivamente, es necesario crear en el investigador la conciencia de que debe divulgar sus estudios”.

De otra parte está el periodista que, según ella, debe tener la curiosidad, la formación y la rigurosidad que le permitan conocer esas investigaciones y publicarlas. “En Colombia se desarrollan demasiadas investigaciones y la pregunta es: ¿Dónde se están divulgando los productos de éstas? A lo largo de mi labor he entendido como los comunicadores ven la comunicación desde el ámbito de la apropiación social, de buscar lo más llamativo y el lenguaje más sencillo para que la gente pueda “entrar en ese mundo”. Para nosotros es al contrario: vemos lo profundo y después buscamos como sacarlo a flote, aunque no puedo negar que eso, en el ejercicio, lo va convirtiendo a uno en comunicador sin tener, sin embargo, todas las capacidades”.

La relación entre periodistas y científicos ha estado marcada por un cierto nivel de desconfianza, ya sea porque el investigador teme que la información sea tergiversada o el miedo por parte del periodista a enfrentarse a temas demasiado complejos que en principio no son muy llamativos. “Uno de los mensajes que siempre he tratado de enviar a quienes están interesados en hacer periodismo científico y a los mismos investigadores, es trabajar en conjunto, donde los científicos puedan aportar paciencia y disposición, y los medios de comunicación comprendan que las dinámicas del periodismo y la ciencia son distintas y, de alguna manera, tanto unos como otros deben ceder”, agregó Lisbeth Fog, periodista científica.
{* title=El papel de la Academia}
El papel de la Academia


En este momento, el país cuenta con 76 Facultades de Comunicación Social, de las cuales están en funcionamiento 68. El panorama general muestra que son muy pocas las que tienen incluido el debate de la formación y la construcción de la comunicación pública de la ciencia o del periodismo en ciencia y tecnología.

Antonio Roveda Hoyos, director del Departamento de Comunicación de la Universidad Javeriana, explicó cómo, a partir de los estudios realizados desde 2003 para el diseño de los Exámenes de Calidad de la Educación Superior, ECAES, en los planes de estudio y el desarrollo curricular de las facultades, el tema de la ciencia es bastante escaso y en muchos aspectos nulo.

“Las facultades con más suerte, tienen algún curso, seminario o taller y ha sido más por inspiraciones personales de algunos profesores, que por políticas curriculares o de proyecto académico algunos casos son los de las Universidades: Javeriana, Minuto de Dios, de Antioquia, Cooperativa en Neiva, algunas en el norte, en Bucaramanga y la Externado de Colombia. Sin embargo, muchas otras instituciones jamás han incluido el tema de ciencia pero sí incluyen periodismo deportivo, cultural o judicial”, indicó Roveda.

En general, para la Academia y los medios de comunicación, el tema de la ciencia no es atractivo. Daniel López Jímenez, director del Programa de Comunicación Social y Periodismo de Universidad de La Sabana, explicó que “en las agendas de los medios, el periodismo científico no es muy amplio, lo que no hace viable, aún, un proyecto de especialización. Es muy propio para la profesión del periodista que, después de terminar la carrera, se hagan este tipo de estudios de profundización práctica con algún componente teórico, pero, mientras tengamos un perfil integral del periodista que abarca todos los temas, difícilmente los medios aceptarán esas propuestas de especialización; aunque es evidente que se necesita”.

“Yo considero que el país no tiene claro el concepto mismo de ciencia. Está el debate entre las famosas ciencias duras y las ciencias blandas. Los medios de comunicación siguen publicando lo que consideran ciencias duras (Biología, Medicina, Química, etc) que entregan informaciones cuantitativas concretas. Pero aquellas investigaciones en ciencias sociales y humanas, que tienen categorías de análisis cualitativas se desconocen. Por lo tanto, la concepción de los productores de medios, con respecto al concepto mismo de ciencia, es herrada y limitada”, agregó Roveda.

Paralelamente, el tema de la ciencia tiende a ser tratado más desde el periodismo que desde la comunicación, vista como la posibilidad de divulgar en otros espacios aparte de los medios masivos de comunicación (entes escolarizados y no escolarizados, museos, medios populares, locales y alternativos; es decir, todo tipo de escenarios donde la ciencia haga parte de un proyecto comunicativo).


{* title=Estrategias reales de cambio}
Estrategias reales de cambio

Ximena Serrano Gil, presidente de la Asociación Colombiana de Periodismo Científico (ACPC), entidad gestora del proyecto NotyCyT, Agencia de Noticias de Ciencia y Tecnología de Colombia, se refirió a los esfuerzos de dicha Asociación en pro de la divulgación de los temas científicos y tecnológicos. “Nos enfocamos en formar nuevos divulgadores de la ciencia, que no necesariamente tienen que ser periodistas. En esta labor, dictamos talleres de sensibilización a investigadores, periodistas y universidades con el propósito de dar a conocer el periodismo científico e inquietar a los futuros periodistas, en lo que puede llegar a ser un nuevo campo laboral. En cuanto a los medios de comunicación, buscamos que éstos dediquen espacios para tratar dichos temas”.

Por otra parte, Serrano indicó que la ACPC apoya una propuesta para la creación de una especialización en divulgación de la ciencia, pues la tendencia mundial en los medios de comunicación es el tratamiento riguroso y especializado de los temas. “Debemos tener en cuenta que la ciencia, la tecnología y la innovación hacen parte de la cotidianidad del ser humano y en la medida que éste sepa como le sirve o afecta, como periodistas, estaremos aportando a la construcción de una sociedad del conocimiento mediante la apropiación pública del conocimiento”, concluyó.

Por su parte, Antonio Roveda anunció estrategias de cambio concretas que, en resumen, exigen un esfuerzo de la Academia para generar espacios de debate como seminarios, encuentros, talleres de reflexión, con el fin de que docentes, académicos, decanos y las instituciones como tal, comprendan que es parte de su labor la producción y la socialización del conocimiento. Una iniciativa que también necesita de la generación de políticas estatales por parte de los entes encargados de regular los contenidos en los medios de comunicación.

“Yo creo que la Asociación de Facultades de Comunicación (AFACOM) y la Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social (Felafacs) podrían realizar una labor interesante propiciando el debate en eventos masivos a nivel nacional, para estudiantes y profesores, más la generación de premios, concursos y estímulos en el tema de ciencia. Apostarle a posgrados para capacitar multiplicadores, dirigidos no sólo a comunicadores, sino a la comunidad en general interesada en la divulgación de estos temas. Que las entidades que de alguna manera velan por los contenidos de los medios de comunicación, generen políticas. Instar por ejemplo, a que en la televisión haya una emisión mínima de contenidos relacionados con ciencia y tecnología, tratados alegre y lúdicamente”, explicó Roveda.

La divulgación de los temas de ciencia y tecnología ya genera interés en los medios de comunicación y comienza tímidamente a ser parte de los debates sobre comunicación dentro de la Academia. No obstante, la presión del tiempo, las lógicas del mercado y la visión del periodista como consultor de fuentes, más que como especialista en temas, hace que el periodismo científico todavía no se consolide en los medios. Por otro lado, en la Academia el interés es mínimo y los esfuerzos aislados. Sin embargo, se están aplicando estrategias de formación como los talleres dictados por la ACPC y la creación de nuevos estímulos, como el Premio del Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) en la nueva categoría de periodismo científico, que se abrió este año con el apoyo del ConvenioAndrés Bello.


{* title=¿Cómo ve Colciencias el periodismo científico en Colombia?}
¿Cómo ve Colciencias el periodismo científico en Colombia?

Según lo que dijo Julia Aguirre, editora de Ciencia, Cultura y Comunicación de Colciencias, en el país, seguimos sin comprender la importancia del periodismo científico junto al papel de la ciencia en la propuesta de soluciones a problemas que aquejan al país como la pobreza, la exclusión, la salud, la educación, los riesgos sanitarios, el desplazamiento forzado, la violencia arraigada, etc. Esto ha provocado tensiones que impiden reconocer que la investigación científica y sus aplicaciones son importantes para el crecimiento económico y el desarrollo humano sostenible. Por eso, a través del documento “Visión Colombia II Centenario- 2019”, el Gobierno Nacional manifiesta que todo conocimiento importante debe ser transferido a la sociedad y apropiado por ella, para que cumpla su función impulsora del desarrollo y benefactora de la sociedad. Sin este tránsito, el conocimiento generado se frustra y a veces se fuga del país.


¿Qué falta?

Estudios y análisis sobre los usos y apropiación de los mensajes recibidos por las audiencias y que son atravesados por sus intereses, culturas y contextos de recepción. Estos resultados pueden proporcionar luces para observar el camino hacia esa comprensión y diseñar contenidos que realmente sean de interés para los consumidores de información a través de los medios.
Y podemos señalar que los conceptos de ciencia y tecnología están referidos para los colombianos a “grandes descubrimientos” y “avances técnicos”, quizás como una respuesta al consumo de información científica que reseña casi exclusivamente la celebración de grandes logros de la industria de punta. Esto ha propiciado un imaginario de la ciencia y la tecnología limitado y ajeno a nuestra realidad nacional.


¿Qué sobra?

El sensacionalismo con que se pretende vender la información científica, con el fin de provocar emociones en un público consumidor. Pero también la fragmentación de la noticia, que al anunciar hechos aislados separa la ciencia de sus aspectos políticos, económicos, deportivos, científicos como si ésta fuera una actividad autónoma e independiente. La comunicación de la ciencia permite adentrar a la sociedad en los desarrollos vertiginosos del conocimiento en nuevas tecnologías, sobre nuevos materiales, nanotecnología, biología molecular, miniaturización, tele-comunicaciones, entre otros, evidenciando la capacidad del hombre para generar invenciones y conocimiento, y de la necesidad de que éstos aseguren usos que permitan el progreso de la sociedad. Por eso, la influencia del periodismo científico como estrategia debe tener como compromiso, por un lado, la difusión del conocimiento científico entre el público y, por otro, que éste pueda aprovechar plenamente los beneficios de la ciencia y la tecnología.

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