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Científicos en el área de Ingeniería, Arquitectura, Urbanismo y afines

Jorge Reynolds Pombo

Publicado, 27-09-2005

Por más de 47 años el ingeniero Jorge Reynolds Pombo, creador en Colombia del primer marcapaso artificial interno, ha sido un incansable buscador de respuestas sobre el funcionamiento del corazón de la ballena jorobada. Sus investigaciones lo convirtieron en un científico con autoridad mundial en cetáceos, cuyos aportes han sido fundamentales para la cardiología.

Jorge Reynolds Pombo
Perfil elaborado en agosto de 2005

Quizás pocas personas tienen presente que el corazón funciona gracias a un complejo sistema eléctrico que determina sus movimientos de diástole y sístole. Estos impulsos son esenciales para que el músculo trabaje de manera constante, rítmica y con el vigor necesario para cumplir con su tarea. Estudiar la relación entre electricidad y cardiología interesó desde muy temprano al ingeniero eléctrico Jorge Reynolds, quien al terminar sus estudios en el Trinity College de Cambridge, Inglaterra, volvió a Colombia y vio la necesidad de integrar el conocimiento técnico con el médico.

Fue así como en 1958 desarrolló el primer marcapaso artificial interno, al mismo tiempo que en Suecia el doctor Ake Senning instalaba uno. En estos años iniciales de investigación uno de sus compañeros fue el cardiólogo colombiano Alberto Vejarano, quien tomó el riesgo de implantar el invento de Reynolds en un adulto de 70 años de edad para devolver la vitalidad a su corazón afectado.

Este primer instrumento de asistencia cardiaca pesaba en sus inicios más de 50 kilogramos, lo que lo hacía poco funcional y manejable para el paciente, quien además debía cargar en una carretilla una batería de carro que proporcionaba la energía para el aparato por medio de unos electrodos. A pesar de lo engorroso, permitió a la persona vivir 18 años más. Poco a poco se logró reducir el tamaño del aparato que hoy en día no es más grande que tres monedas unidas una sobre la otra.

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En el corazón de las ballenas

Su interés por entender el funcionamiento del corazón, llevó a que Jorge Reynolds empezara a estudiar en la década de los ochenta el de las ballenas, al percatarse del sorprendente parecido entre el órgano de los cetáceos y el de los humanos. Desde entonces se adentró en fascinantes expediciones marítimas, siguiendo los latidos del músculo más fuerte de los enormes mamíferos, con el ánimo de aplicar sus descubrimientos a la ciencia médica humana.

Actualmente existen en el mundo alrededor de 40 especies de ballenas, los seres más grandes que han habitado los mares. La mayoría vive en el Océano Pacífico y en el Atlántico. Es un animal que vive en manadas, cuenta con capacidades de comunicación que aún se están estudiando y pueden pesar desde cientos de kilos hasta 200 toneladas; por sus comportamientos y características anatómicas se trata del cetáceo más fácil de analizar. Su corazón puede pesar entre una y dos toneladas, equivalente al tamaño de un automóvil mediano.

Como el del ser humano, tiene cuatro cavidades (dos ventrículos y dos aurículas) que lo convierten en una máquina perfecta capaz de bombear sangre al inmenso cuerpo, gracias a pequeños impulsos eléctricos que causan la fuerza necesaria para que el músculo cardiaco se contraiga y se tensione de forma acompasada. Por sus dimensiones, el doctor Reynolds encontró que el corazón de las ballenas jorobadas sería el apropiado para realizar sus investigaciones.

Estos grupos de ballenas viven generalmente en los polos pero entre julio y octubre migran a las aguas del Pacífico para aparearse y alumbrar a su cría, ya que nacen sin grasa suficiente que las proteja de las heladas aguas de los extremos hemisféricos. Otra ventaja que se suma a su estudio es que son animales costeros y habitan a poca profundidad. Sus desplazamientos ponen mayores retos a las investigaciones que lidera el doctor Reynolds, quien creó y dirige el proyecto de Seguimiento de Corazón de Ballena Vía Satélite S.C.V.S, desde 1984.  

Los rastreos permiten evaluar el comportamiento de su corazón, la alimentación, su conducta, la convivencia y la comunicación mediante la aplicación de sistemas telemétricos de sondeo. Las investigaciones siempre han contado con el apoyo logístico de la Armada Nacional de Colombia, única ayuda oficial con la que cuenta el doctor Reynolds. Los monitoreos más recientes han incluido el uso de nuevas técnicas como los sistemas infrarrojos, que permiten visualizar por medio de temperaturas cómo funciona el sistema circulatorio de estos mamíferos.

Cada nueva expedición se convierte en una gran aventura para el equipo multidisciplinario que entra a ser parte de las travesías. En el grupo se mezclan los objetivos estrictamente científicos como el registro de datos para uso de la medicina, la biología y la ingeniería, con otros que sirven para la divulgación de estas actividades en medios de comunicación. Cada uno de los participantes aporta su conocimiento, habilidad y pasión para que la investigación sea un éxito en todos sus aspectos. Pero el director de la orquesta es Jorge Reynolds, quien articula los engranajes de un proyecto que conserva vivo el dinamismo y siempre evoluciona hacia metas más altas. "Cada vez que avanzamos más, nos damos cuenta de que sabemos menos y eso nos impulsa y motiva en cada viaje," concluye Reynolds.

{* title=El canto que ama}
El canto que ama

A finales del 2003, los colombianos escucharon en vivo y en directo el canto de las ballenas, gracias a una hermosa iniciativa del doctor Reynolds por unir arte y ciencia. En asocio con la mezzosoprano Martha Senn, el país conoció "Pacificanto", una cantata de música experimental escenificada para las voces humanas y cetáceas.

Por medio de unas boyas instaladas por el grupo científico, los sonidos fueron captados y transmitidos vía satélite desde el Océano Pacífico hasta la Catedral de Sal de Zipaquirá, construida en el centro del país a 180 metros bajo tierra. Allí se mezclaron con el dulce y emotivo canto de Senn, el piano de Pablo Arévalo y la dirección musical del venezolano Huáscar Barradas.

Las palpitaciones de las ballenas, que son de seis por minuto, se unieron a las de los artistas en escena, y al final dejaron oír un canto en lenguas como la emberá que rezaba "oigan corazones, oigan la vida", en la voz de una niña de ese grupo indígena proveniente de la costa de pacífica.

Senn declaró en esa oportunidad que "las ballenas tienen una memoria musical extraordinaria,  y nos dan ejemplo a los humanos porque saben cantar amando y saben amar cantando".

{* title=Más que un reconocimiento}
Más que un reconocimiento

El trabajo de Jorge Reynolds ha sido valorado mundialmente. Ha obtenido tres doctorados Honoris Causa en medicina, por sus aportes a la investigación y al desarrollo de tecnologías para la cardiología. Además, se suman más de 70 producciones entre documentales, corto y medio metrajes realizados con la National Geographic, Discovery Channel, TV5 de Francia, RAI de Italia, Deutsche Welle de Alemania, que han llevado sus cámaras y micrófonos mar adentro para registrar la labor de este científico colombiano.

En la actualidad, lo que más le interesa es implementar los avances de las nanociencias en el ámbito científico colombiano. Con su aplicación, en un futuro cercano se podrían crear en Colombia centros que estén en la capacidad de hacer nuevos mecanismos para el monitoreo y seguimiento de las ballenas. En efecto, ya existe un proyecto nacional en este sentido que cuenta con la participación de universidades públicas y privadas, lo cual lo llena de gran entusiasmo para proseguir en sus estudios.

Mientras tanto, continuará con la misma constancia y fortaleza que lo caracteriza, promoviendo los avances de la ciencia en Colombia y en Latinoamérica, de la única manera que es posible lograrlos: con todo el corazón.



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