Publicado, 21-12-2004
Una temprana afición por los vericuetos de las palabras llevó a
José Joaquín Montes Giraldo, docente del Instituto Caro y Cuervo, a
dedicar su vida al estudio del idioma. Han sido 50 años de aportes
constantes a los estudios de lingüística y dialectología en Colombia.
Aunque ya está jubilado, dicta cada semana la cátedra que fue el camino
hacia su realización intelectual.
Perfil elaborado en noviembre de 2004
En marzo de 1971, el eminente humanista José María Rivas Sacconi anotó en el boletín Noticias Culturales del Instituto Caro y Cuervo las siguientes palabras acerca de la personalidad y la obra de José Joaquín Montes Giraldo:
"Montes
es una vocación científica innegable: él se ha dado integralmente a la
investigación lingüística y ha producido ya trabajos notables y
abundantes en este campo. Pero no es solamente eso. Es un hombre
comprometido, que ha ahondado en el significado de la lingüística. No
ignora que ésta no es sólo descripción o análisis o comparación de
fenómenos, sino que, detrás y más allá de todo ello, hay un fondo en
que van envueltos valores más altos y más profundos."
En esa ocasión se reseñaba la aparición del libro Dialectología y geografía lingüística. Notas de orientación
de Montes Giraldo, quien ya se distinguía como uno de los estudiosos
más sobresalientes de la lengua en Colombia. Hoy en día su vocación
sigue intacta y sus valiosos aportes perduran entre sus alumnos y
colegas.
{* title=El mundo de la lengua}
El mundo de la lengua
José
Joaquín Montes es un hombre reservado y silencioso. Nació el 14 de
septiembre de 1926 en Manzanares, Caldas, en el seno de una familia
campesina. Su temprana afición a las plantas y al campo despertó su
curiosidad por conocer los orígenes de nombres y palabras como matarratón, coliflor, diente de león, chupón y molienda, que fueron las semillas de una exploración que no se ha detenido desde entonces.
"Es
difícil precisar cuáles fueron mis motivaciones para dedicarme a la
lingüística. Desde niño tuve una particular afición por todas las
cuestiones idiomáticas, me distinguía en Español y tuve siempre el
deseo de llegar a ser miembro de la Academia de la Lengua, a la cual
pertenezco desde abril de 1993," señala.
Terminó sus
estudios en la Normal Rural de Varones de Manizales y ejerció la
docencia en varias escuelas de primaria. Ávido por ampliar sus
conocimientos, se dedicó a aprender idiomas por su cuenta y a leer
cuanto libro encontrara a su alcance, en especial La vorágine y las obras de Tolstoi, Dostoievski, Machado y Silva.
En
1953 se trasladó a Bogotá, donde también fue profesor de colegios y
escuelas, hasta que se enteró de que el Instituto Caro y Cuervo estaba
vinculando encuestadores para el proyecto del Atlas lingüístico-etnográfico de Colombia (ALEC).
Este visionario proyecto, sui generis en el concierto hispanoamericano,
era dirigido por los lingüistas Rivas Sacconi, Luis Flórez y Tomás
Buesa Oliver, quienes impartían las capacitaciones para los interesados
en formar el equipo. Desde entonces, y al ver que ese trabajo le
satisfacía plenamente, Montes Giraldo se vinculó al Caro y Cuervo,
donde desarrolló la mayor parte de su carrera investigativa y docente.
Licenciado
en Filosofía y Letras de la Universidad de La Salle en Bogotá en 1970,
magíster en Lingüística del Caro y Cuervo en 1979 y profesor de varias
universidades, Montes hizo del idioma español y de los dialectos que se
hablan en Colombia su universo de estudio. No en vano señala que "la
lengua es un mundo inmenso que posibilita toda la vida espiritual del
hombre".
Además de los seis tomos que constituyen el ALEC
—cuya realización duró cerca de 30 años y fue la oportunidad para
conocer casi la totalidad del país—, él destaca entre sus trabajos el
titulado Dialectología general e hispanoamericana de 1982 (reeditado en 1995) y Motivación y creación léxica en el español de Colombia, publicado en 1983.
A estos hay que sumar varios de igual trascendencia, tales como Estudios sobre el español de Colombia,
varios volúmenes dedicados específicamente a dialectos hablados en el
país y otros que tratan problemas como el léxico de la pesca, el maíz
en el habla y cultura popular, y los nombres populares de plantas
medicinales de uso tradicional.
"He tenido noticias de
que varios de mis libros han sido muy bien recibidos y son utilizados
en muchos centros de estudios hispanísticos del mundo o han sido
tomados como modelo para describir el léxico de distintas regiones.
Sobre mi Dialectología general e hispanoamericana, algunos
profesores españoles me han dicho que es de lo mejor elaborado en
cuestiones de dialectología, que es el área que consiste en el estudio
de las características de las variantes presentes en todos los idiomas".
{* title=Travesía por la diversidad}
Travesía por la diversidad
La
obra de Montes Giraldo es ejemplo de observación aguda y escucha
minuciosa. Es el sesudo análisis de los cambios morfológicos, fonéticos
y de léxico que presenta el español a lo largo y ancho de nuestro país;
lo que ha significado una inmersión en el mosaico de diversidad que
conforma nuestra cultura e identidad.
Es evidente que en
nuestra manera de hablar y de utilizar el lenguaje está implícito lo
que somos, nuestros pensamientos, sentimientos y la pertenencia a un
grupo. Así lo ha sabido demostrar Montes, quien sostiene la idea de que
"la lengua es una institución eminentemente política y en algunos casos
la seña fundamental de la identidad. Antonio de Nebrija, el primer
gramático español, dijo que ‘la lengua es compañera del imperio' y eso
aún tiene validez porque la lengua acompaña el poder, es el instrumento
para propagar ideas e intenciones y desde luego todo lo que constituye
el poder de una nación determinada".
Un aspecto
ampliamente estudiado por el profesor Montes es el de los refranes.
"Estos son la concreción de la sabiduría popular, de lo que está en la
mentalidad de la gente, generalmente de las clases populares más que de
las cultas. Muestran como, por desgracia, perviven ciertos estereotipos
racistas como al decir ‘ni burro es bestia, ni indio es gente, ni
cazabe sirve pa' bastimento' o ‘qué desgracia de pueblo donde hasta el
cura es indio'".
Otros dan cuenta de maneras muy
particulares de ver el mundo como los conocidos dichos "salir como pepa
de guama", "templar el fique", "pelar el diente", "al peor perico la
mejor mazorca", "cada gavilán tiene su cirirí", o "estar en el
curubito", a los cuales también ha dedicado parte de sus múltiples
reflexiones y anotaciones.
Otros análisis se han
concentrado en temas como el folclor presente en algunas obras
literarias colombianas, las lenguas indígenas y su relación con el
español, la introducción de anglicismos en el habla nacional, el uso de
artículos, preposiciones y verbos, y la variación en el uso de ciertas
palabras, entre otros. También colabora con el proyecto Habla culta de las principales ciudades iberoamericanas, actualmente en elaboración, y realizó varios aportes para la finalización del Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana, monumental e insigne obra del Instituto Caro y Cuervo.
{* title=El comienzo del amor}
El comienzo del amor
Tres
décadas después de que Rivas Sacconi llamara la atención sobre la obra
de Montes Giraldo, el Instituto Caro y Cuervo le ha rendido un merecido
homenaje con la publicación del libro José Joaquín Montes Giraldo. Biografía y bibliografía, a cargo de Ricardo Aparicio Ramírez Caro y con un estudio crítico preliminar de Rubén Arboleda Toro.
Se
trata de un libro de mucha utilidad para quien desee conocer en detalle
la producción intelectual del profesor Montes, la cual alcanza los 600
registros de "obras de distinto aliento" publicadas constantemente
desde 1954. Varias de estas contribuciones fueron elaboradas en
coautoría con su esposa Maria Luisa Rodríguez, también investigadora
del Caro y Cuervo.
En opinión de Arboleda Toro, "no hay
retórica al afirmar que la de Montes ha sido una vida consagrada a la
lingüística, no sólo por las horas diarias en el Instituto Caro y
Cuervo, laboradas con entrega, persistencia y rigor, sino porque su
actividad mental en relación con hechos lingüísticos ha sido
permanente". Sin duda, su obra da testimonio del lema del Instituto por
el que ha trabajado incansablemente: "La palabra es el comienzo del
amor".